
Confesiones sin absolución
Cristina Castaño: «En "Rapa" hemos celebrado mucho la aprobación de la Ley ELA»
Su último papel en la serie «Rapa» es solo una muestra del poderío interpretativo de esta gallega que ahora tiene el foco puesto en un Goya. Y cuando se empeña...

De padre pianista y madre cantante, con solo cinco años Cristina Castaño (Lugo, 1978) ya quería ser artista. Sin embargo, cuando llegó a Madrid desde su Galicia natal tuvo que hacerlo con la excusa de hacerse periodista «porque en casa les parecía más serio». Como no se pueden poner puertas al talento, esa niña decidida y valerosa es hoy una de nuestras actrices de referencia. Su último papel en la serie «Rapa» es solo una muestra del poderío interpretativo de la gallega, con una wikipedia laboral rebosante de teatro, cine, tele y musicales. Ahora tiene el foco puesto en un Goya. Y ya saben lo qué pasa cuando se le mete algo en la cabeza.
Aún la estamos saboreando en «Rapa» y ya está de vuelta de rodar en Portugal, y en portugués. ¿Trabaja más que nunca?
Tengo la inmensa fortuna de ir encadenando trabajos y poder darme el lujo de decir que no a lo que intuyo que no me va a aportar. Trabajar en portugués, además, ha sido un reto que llegó por sorpresa y acepté feliz.
En «Rapa» borda el papel de jefaza. Una mujer que debe ser fuerte ante la adversidad de un secuestro mientras combate sus propias tormentas…¿Cree que ha sido su interpretación más compleja?
El personaje más complejo fue el de Macarena en «Toy Boy», dada la multitud de conflictos que vivía, pero Inma, de «Rapa» tampoco ha sido fácil. Es muy contenida y le pasan muchas cosas que no expresa y parece que va a explotar en cualquier momento.
En esta última entrega, Javier Cámara, además de su personaje, dirige uno de los capítulos. ¿Cómo ha sido tenerle detrás de las cámaras?
Ha sido todo un lujo. Javier es uno de los actores que admiro y un referente, así que descubrirle como director ha sido uno de los regalos de «Rapa». No tenía fácil su papel y ha sabido seguir la línea de la serie dejando su sello.
Esta semana se ha aprobado la Ley ELA, uno de los cimientos argumentales. ¿Lo sienten como un reconocimiento añadido?
Ha sido una preciosa coincidencia. Javi lo contó emocionado cuando Movistar organizó el visionado del último capítulo y lo celebramos mucho.
Se curtió en «La que se avecina», serie de culto. Andrés Pajares defendía estos días que hacer reír es más difícil que hacer llorar. ¿Se lo compramos?
No estoy segura de eso (risas) Para la comedia se necesita algo que no todos los actores tienen. La vis cómica no es algo que se enseñe, o lo tienes o no lo tienes, pero tampoco creo que todos los actores sean capaces de emocionar.
Esa faceta la ha llevado a ser recibida por el Papa, junto a Whoopi Goldberg o Chris Rock. De aquel encuentro tiene que haber anécdota….
Recuerdo la disposición de las estrellas americanas a compartir sonrisas y fotos con todos. Fueron muy cercanos y se les veía ilusionados. Sara Escudero y yo, al encontrarnos allí en el Vaticano, nos pusimos a gritar dando saltitos como dos adolescentes (risas)
Su compañera Mónica López, flamante Ondas a la mejor interpretación, celebra que se apueste por mujeres reales y con arrugas. ¿Va a ser tendencia o de momento solo es excepción?
Me encanta que me preguntes esto. Creo que hay tener una fuerza titánica para ser firme en ciertas creencias y actitudes, dada la presión que recibimos las mujeres con el físico y los referentes que llegan de Hollywood, con actrices como Nicole Kidman, que presumen de que el tiempo no pasa por ellas y la sociedad lo aplaude. Me parece una esclavitud absoluta tener que luchar contra algo que forma parte del ciclo natural de la vida, y en ese sentido Mónica es una actriz y una mujer necesaria, porque necesitamos ver en pantalla mujeres reales. Lo sé porque soy mujer y me encuentro en un momento vital muy concreto, que hace falta ser muy fuerte para no caer en la tentación de ponerte bótox o rellenarte los labios para disimular el paso del tiempo, sobre todo cuando niñas de 30 ya lo están haciendo.
Leo en los papeles que busca uno potente con el que ganar un Goya. ¿Se va a poner cabezona con esto?
(Risas) Es algo que escapa a mi control, así que ya me puedo poner todo lo cabezona que quiera que la vida me lo va a dar si a ella le da la real gana. Ahora, que voy a poner toda la carne en el asador.
En «Pasapalabra» verbalizó su experiencia como víctima del bullying. ¿Por dónde hay que avanzar para erradicarlo?
Por la educación, y porque padres y colegios se pongan de acuerdo en proteger a las víctimas y reconducir a los agresores.
Interpreta, canta, baila…Solo le falta presentar un programa para ser como esa Concha Velasco que tanto admiraba.
(Risas) Me han ofrecido alguno y he aceptado. Lo que hago feliz es presentar galas y uno de mis sueños sería presentar unos Goya. Llegará. No me doy por vencida fácilmente.
✕
Accede a tu cuenta para comentar