«En el Polígono Sur no sólo hacefalta voluntad política, sino actuar»

Esta semana cumple un mes en el cargo la nueva comisionada del Polígono Sur, María del Mar González. Su discurso de toma de posesión contrasta con la realidad que describen las asociaciones de este barrio sevillano, lastrado por el desempleo y la marginalidad. Rosario García es una histórica dirigente vecinal que preside un colectivo cuyo nombre habla por sí mismo: «Nosotros también somos Sevilla».

La entidad ya ha tenido una primera toma de contacto con González, aunque está a la espera de una nueva reunión para concretar sus reivindicaciones. Una de las más prioritarias, según García, es que se continúe el trabajo con las familias «recuperables» para «que puedan seguir su proceso de integración». Sin embargo, alerta de que los endémicos problemas continúan candentes, como el «trapicheo» de droga y la delincuencia. En cuanto a la venta de estupefacientes, García asegura que «es visible a cualquier hora del día». «Si te das una vuelta por el barrio te das cuenta rápidamente dónde están los puntos de venta», subraya.

Por ello, reclama que la Policía «no sólo realice labores disuasorias, sino que haga la vida imposible a los vendedores». «Hasta que no se vaya lo que sobra no se va a normalizar la situación en el Polígono Sur», advierte.

García también alerta de la «impunidad» existente en el barrio en materia de tráfico. De hecho, denuncia que el nuevo bulevar ubicado en la avenida Luis Ortiz Muñoz, que cuenta con un carril bici, está «invadido» por coches. «Eso en el centro no se permite, pero en el Polígono Sur sí», critica.

En el plano de las infraestructuras, el colectivo planteará a la comisionada la ejecución de varios proyectos recogidos en el Plan Integral, como la construcción de una nueva comisaría de Policía Nacional, el soterramiento de la vía del tren y el derribo del muro que separa el barrio de la zona de Hytasa. Para ello, reclama a las administraciones «no sólo voluntad política, sino acción», a pesar del escaso esfuerzo inversor previsto.

No obstante, García avisa de que «no es una cuestión de dinero, sino que prácticamente con el mismo, y aplicado de otra manera, se pueden hacer muchas cosas en el barrio».