Ezequiel Benítez: «Un cantaor con sólo un gesto de la cara te cuenta una historia»

«Ese difícil mundo del flamenco» titulaba Manuel Barrios aquel ensayo de 1972 sobre la música por excelencia de Andalucía. Cuarenta años después, no han cambiado demasiado las cosas y sigue siendo complicado abrirse paso y ser alguien. Ezequiel Benítez (Jerez de la Frontera, 1979) mantiene ese pulso con la música y poco a poco se ha convertido en una figura de referencia tanto en el flamenco como en la música Pop. Un pata negra de Jerez que lo mismo canta por soleares que acompaña a los Reyes a China para promocionar España.

–¿Está muy difícil esto del flamenco en el siglo XXI?

–Más que difícil, lo que está es complicado.

–Pese a ello, ha logrado el reconocimiento internacional...

–Sí, pero ha sido un camino muy difícil y con momentos mejores y peores. La verdad es que ahora tengo cierto reconocimiento y a la gente cada vez le gusta más lo que hago. También estoy tocando otros ámbitos musicales, que quieras o no, atraen a mucha gente nueva.

–Porque el flamenco ya se puede mezclar con otras músicas, ¿o tienen razón los que defienden lo puro y la ortodoxia?

–El flamenco no tiene necesidad de mezclarse porque tiene tantas cualidades que permite muchos cauces para llegar a otro tipo de músicas. Sin embargo, cuando se quiere mezclar es necesario tener mucha sapiencia de lo que se quiere hacer. Si vas a tocar blues tienes que saber de blues, si no siempre será algo superficial.

–¿Es complicado cantar flamenco con éxito en Jerez?

–(Risas) Yo creo que Jerez es el sitio más complicado para cantar, por la cantidad de artistas que hay, por la sabiduría, por muchas cosas...

–¿Cómo fue recibido que dieras el paso?

–La acogida ha sido muy buena y, además, como también me dedico a componer, no sólo me cierro a este mundo, aunque lo que más me llena es el flamenco. El resto de ámbitos los toco por necesidad personal y espiritual, no lo hago ni por necesidad económica ni por tener más dinero. Si tú me llamas para cantar flamenco voy porque es en lo que me he criado.

–¿Qué tiene el flamenco que sale de lo personal y fascina a alguien en Granada, Tokyo o Copenhague?

–Porque hay mucha verdad, sale del alma y eso crea una conexión espiritual tremenda, es la música que mejor conecta, porque un flamenco con sólo un gesto de la cara te cuenta una historia.

–La infancia siempre está en el corazón de las cosas. Machado decía aquello de «se canta lo que se pierde». ¿Es su caso?

­–Si te das cuenta, cada vez que nos pasa algo malo nos da por escribir, cuando tienes necesidad de contar cosas siempre se canta mejor que cuando no la tienes.

–También compone y canta con gente que no tiene que ver con este mundo.

–La verdad es que es una contracción que muchas veces me pregunto, porque puedo hacer una canción que no tiene nada que ver con el flamenco y luego ser el más purista del mundo cantando.

–Diego «El Cigala» se ha ido a la República Dominicana, dice que no hay futuro en este país. ¿Está dispuesto a hacer las maletas?

–Siempre estoy dispuesto a hacerlas porque soy una persona muy aventurera y no creas que no he pensado más de una vez en irme. Tiene razón, hay muy pocas oportunidades y también hay mucho sinvergüenza suelto que se aprovecha de los artistas. A la gente no le importa si hay calidad o no, porque sólo piensa en divertirse. Es muy triste tener que cantar de esta manera y España tiene muy pocas posibilidades para los músicos. Muy pocas.

–Estos «sinvergüenzas» son como aquellos señoritos que en lugar de pagarles les rompían la guitarra a los flamencos después de una juerga.

–No tiene nada que ver, se trata de personas que van de manager o que hacen de manager porque no tienen otra ocupación pero que no son profesionales. Hay una parte muy triste de la música, porque ahora todo el mundo es productor y músico...

–De todas formas, el reconocimiento en América lo tiene, cuando se llevó el premio como «Mejor Autor 2012» en el Miami International Song Festival.

–Fue una de las cosas más importantes que me han pasado jamás porque me ha abierto muchas puertas en Latinoamérica, que es un mercado muy importante.