ERE

Guerrero: «Chaves estuvo en una finquita de la familia de mi ex mujer»

El ex director general dice en televisión que administrará su silencio «como vea oportuno»

El ex director general de Trabajo y Seguridad Social, Francisco Javier Guerrero
El ex director general de Trabajo y Seguridad Social, Francisco Javier Guerrerolarazon

El ex director general de Trabajo de la Junta Francisco Javier Guerrero, en libertad desde el pasado 22 de octubre y que ha pasado siete meses en la cárcel por ser uno de los principales imputados en la trama de los ERE fraudulentos ha decido dar un paso adelante y hablar. Tras su salida de prisión lo hizo primero en una entrevista que publicó LA RAZÓN el pasado 25 de noviembre, en la que decía que no se inventaba «a quién había que ayudar ni cómo». Ayer dio otro paso en una larga entrevista en hora de máxima audiencia en Giralda Televisión, la televisión municipal de Sevilla.

Guerrero niega que sea un golfo, sino una persona «normal, trabajadora y responsable –«no he sido un golfo ni en mi juventud»–; rechaza que el denominado por él como «fondo de reptiles» fuera «oculto o ilegal»; desea que la juez instructora que lo envió a la cárcel, Mercedes Alaya, se reincorpore al juzgado para que «llegue hasta el final» –«la única garante del proceso es ella»–; cita entre tanto a Kipling y al Santo Job –se siente identificado por la «paciencia y la humildad»–; y sobre todo pone en apuros al ex presidente de la Junta, Manuel Chaves, quien aseguró que no lo conocía ni había hablado nunca con él.

Es la declaración más comprometida de los 43 minutos de grabación. «Evidentemente lo conozco desde antes de que llegara a la Junta. Fui un miembro de un consejo asesor que él tenía en un momento dado y lo hacía sin estar todavía en la política ni como teniente alcalde ni alcalde (fue regidor de El Pedroso). Hemos coincidido en El Pedroso en la feria de muestras de productos típicos. Alguna vez estuvo en una finquita de la familia de mi ex mujer con su mujer y asistía con él a reuniones que tenía preferentemente con el sindicato de trabajadores obreros del campo porque yo venía de una trayectoria de todo el tema agrario. No he negado nunca que conozco a Chaves y a Griñán y a muchos del mundo de la política». Concretó asegurando que Chaves había estado en alguna reunión en la que había «tenido oportunidad de picar algo» y en «otras en el mismo Pedroso donde se celebraban migas y calderetas».

El ex director general desliza también una supuesta destrucción u ocultación de documentos. «Ha desaparecido la documentación pero no mis notas a mano de las negociaciones, incluidos post-it. ¿No es extraño? Conozco algunas empresas que tienen expedientes con registro de entrada de la Junta que estaban en el expediente de otorgamiento que tramité y esa documentación que la tiene la empresa, no lo tiene la Junta. Algo ha tenido que ocurrir». El término «fondo de reptiles» que usó en su primera declaración ante la Policía lo achaca a una charla distendida y la autoría la desliza a su suegra. «Cuando en momentos de apuro de mi matrimonio, primero mi suegra se daba cuenta de ello, sisaba al marido al gún dinero que guardaba en una cómoda en un cajón debajo de la sábana y decía que era un fondillo de reptiles con el que os puedo echar una mano. No era un fondo oculto, ilegal. Era ese fondo que tenía la Administración para solucionar esos apuros, de personas y entidades».

Su suegra aparece prejubilada irregularmente en un ERE. Guerrero hizo una controvertida defensa de la legalidad: «Me hubiera gustado tener una suegra rica y no una ex trabajadora que se quedaba fuera del mercado laboral en las mismas circunstancias que los 6.500 restantes. Le di la misma atención. No hice ningún trato de favor».

Negó, asimismo, que se hubiera gastado «nunca un duro de dinero público en copas», frente a lo que señaló su ex chófer, que aseguró que se gastaron parte del dinero que recibió ilegalmente en copas, fiestas y cocaína. También aclaró que nunca tuvo una tarjeta de crédito de la Administración. «Cuando he comido con comités de empresa o representantes de los sindicatos, he justificado la comida para que el restaurante la pasara».

El único error que reconoce Guerrero es el de «no decir burradas de nadie, ni intentar salvarme yo echando pestes contra otros». Lanza, no obstante, un aviso a navegantes: «Mi error ha podido ser el silencio. Mi silencio lo administro como quiero. Lo que sé y lo que no sé lo adminstraré como vea oportuno en un momento dado».

Justificó, asimismo, que las ayudas a empresas se concentraran en la Sierra Norte (24,6 de 50,8 millones para toda Andalucía): «Era normal habiendo un consejero afín a la Sierra Norte y un director general de la Sierra Norte. Las empresas iban a ver al consejero o al director general».