Elecciones andaluzas
La Junta busca un clima «preelectoral» agitando la celebración del 28F
La presidenta de la Junta sirvió ayer el prólogo de la celebración de su primer Día de Andalucía en el cargo llamando a la movilización y tremolando la bandera de la recuperación económica que está empeñada en quitársela de las manos al Partido Popular. En San Telmo saben que es un golpe estratégico de cara a unos comicios que huelen a parto prematuro, aunque los dos socios de gobierno insistan en lo contrario. O precisamente por eso. El inminente 28F marcó la sesión de control al Ejecutivo. El segundo día de terno verde y blanco de Susana Díaz y la segunda vez que el portavoz parlamentario del PP-A, Carlos Rojas, asumía las preguntas a la máxima dirigente autonómica. Zoido es presidente cesante del partido, ni siquiera apareció ayer por el Parlamento, y el domingo cogerá oficialmente las riendas de la formación el secretario de Estado Juan Manuel Moreno.
Además de los tradicionales actos institucionales del 28F, hay previstas varias manifestaciones, dirigidas claramente en contra del Gobierno central. El PSOE no es convocante oficial; Izquierda Unida, sí. El Partido Socialista se está afanando en aclimatar la calle al punto de ebullición. Y esto suele ocurrir cuando se tiene puesto al menos un ojo en el calendario electoral. En esta estrategia se enmarca el mitin del domingo, con cien autobuses en la puerta del Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla. En los últimos años no ha habido más actos del 28F que los institucionales. Y en esta estrategia se enmarca también el zarandeo de la calle, teniendo en cuenta que los dos últimos sondeos publicados (uno de LA RAZÓN y otro de la Universidad de Granada) apuntan a una abstención que roza el cincuenta por ciento, pudiendo superar incluso el pico de 1990, cuando Chaves se presentó por primera vez a las elecciones.
«El 28F tiene que ser reivindicativo, por todo lo que se ha conseguido y por todo lo que está por venir», deslizó al inicio de su primera intervención la presidenta Díaz, en respuesta al portavoz parlamentario de IU José Antonio Castro, que instó abiertamente a la manifestación.
Díaz apoyó su discurso en dos patas principales: el ensalzamiento al Estatuto de Autonomía como herramienta de futuro y el anuncio de un nuevo tiempo en el que la comunidad sea zona atractiva para generar empleo y atraer inversiones. Hace tiempo que la presidenta de la Junta –a la que le sobra olfato político– se dio cuenta de que la mejor forma de combatir la gran baza electoral del PP de la recuperación económica era hacer una versión propia y aumentada de la recuperación. En este empeño, y mientras el PP andaluz solucionaba su cuestión sucesoria, Susana Díaz ha establecido una ronda de contactos con los grandes dirigentes del Ibex –el último en asistir a San Telmo ha sido el presidente de Caixabank– y ha tratado de echar cal al concierto de casos de corrupción que rodean a la Junta: ERE, Invercaria, Bahía Competitiva, facturas falsas de UGT... Hay signos de que Andalucía, efectivamente, por el factor de amortiguación del turismo, crezca este año más que la media. Un 1,1 por ciento frente al 0,9 pronostica «Analistas Económicos de Andalucía». La presidenta de la Junta se encargó de recordarlo. «Estamos convencidos de que la comunidad va a crecer y a crear empleo por encima de la media. Y esto se debe a un proyecto sólido y claro para generar confianza y para que Andalucía sea atractiva para generar empleo y para invertir».
Hay un golpe de timón en el Gobierno andaluz. Antes de que estallaran los escándalos judiciales que afectan a CC OO, la Confederación de Empresarios y sobre todo a UGT, la herramienta de progreso era la concertación social. Susana Díaz ni siquiera mencionó ayer la concertación. Sí recordó las 5.000 becas que van a tener jóvenes estudiantes para completar sus estudios en empresas, fruto de los acuerdos con los magnates del Ibex, o las alianzas con los sectores agrícola, turístico y cultural. «Competitividad» fue la palabra que más usó ayer Susana Díaz desde su escaño.
A la presidenta andaluza se le ve en los cara a cara con el portavoz popular menos cómoda que con Zoido. «Deje las apariencias y póngase a trabajar. No utilice el 28 de Febrero para la confrontación. Desarrolle el Estatuto, traiga ya a esta Cámara la Ley de la Renta Básica». Rojas le reprochó que el «verdadero hecho diferencial» de Andalucía sea el 36 por ciento de paro. «Y ha estado su partido 30 años gestionando la comunidad».
La reacción de Susana Díaz fue el termómetro de que las críticas del portavoz del PP dieron en diana. La presidenta de la Junta, que ha evitado zaherir al rival con cuestiones internas, tiró del comodín: «Usted viene en ardor meritorio. Ha cambiado el presidente, los dirigentes, pero lo que no ha cambiado en el PP es que es un partido cenizo». Díaz cerró su último turno con un golpe de micrófono que pareció un golpe de llamador en un paso de Semana Santa. Y recordó a otro «microfonazo» de Chaves en una sesión en la que Arenas lo sacó de sus casillas.
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