Política

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Las dos almas de Ciudadanos

«48 meses tiene a lo sumo una legislatura y ahora dice que torcerá el brazo de Susana Díaz»

La Razón
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«48 meses tiene a lo sumo una legislatura y ahora dice que torcerá el brazo de Susana Díaz»

La proyección nacional que, desde Cataluña, ha logrado Ciudadanos se debe en gran medida al origen andaluz de sus promotores, que izaron la bandera charnega, inconfundiblemente rojigualda, allí donde los viejos barones del PSC –Montilla, Corbacho et alii– habían arriado la de la rosa para entregársela a los Maragall, Iceta y ese pijerío barcelonés que tan cómodo vive en la ambigüedad... siempre que no se anima a proclamarse abiertamente separatista. Rivera, a quien llaman Alberto en Cútar, el pueblo de la Axarquia donde nació su madre, fundó la aldea gala rodeada de legiones independentistas e Inés Arrimadas, de Jerez de la Frontera, es la Juana de Arco que los mantiene a raya con su mirada flamígera y su voz rota como la de un cantaor de fragua. ¿Qué queda de ese partido tan heroico en la tierra de la que son oriundos sus líderes? Nada, apenas el nombre y los ropajes, como se comprobó ayer durante la visita del jefe a Medina Azahara, donde se comportó como un borrachín en una feria: «Soltadme, que lo mato», amenazaba sin que nadie estuviera agarrándolo. 48 meses tiene a lo sumo una legislatura y ahora dice que torcerá el brazo de Susana Díaz para que convoque elecciones... transcurridas 44 lunas, después de tres presupuestos aprobados, una parálisis parlamentaria vergonzante, la prometida regeneración reducida concretamente a cero y el goteo de la corrupción endémica de la Junta horadando a diario la piedra de nuestra calidad democrática. En los próximos carnavales de Sanlúcar de Barrameda, Juan Marín se disfrazará de mucama del PSOE y blandirá el enorme plumero con el que, desde 2015, aparta cualquier mota de polvo del aparato de poder socialista. Como otros partidos, Ciudadanos también posee dos almas contradictorias: fieros leones en el noreste y mansos gatitos en el sur.

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