Elecciones andaluzas
Los pactos al solitario de la Junta
El presidente de la Junta avanzó ayer ocho ejes sobre los que pretende que pivote el Pacto por Andalucía. La idea de un gran pacto andaluz que aporte estabilidad en la situación actual de grave crisis económica es plausible y desde luego necesaria. Pero, de entrada, encierra varios problemas. El primero y más importante es que la Junta ha demostrado en los ocho meses que lleva gobernando que no tiene una voluntad real de acercar posturas con el principal partido de la oposición y el más respaldado, por otra parte, en las últimas elecciones autonómicas. Frente a la búsqueda de puntos de encuentro, el Gobierno bipartito PSOE-IU ha optado por una estrategia distinta, radicalmente contraria, que es la confrontación con el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Todo apunta a que la Junta va a seguir explotando esta estrategia. Y, por tanto, un gran pacto andaluz que no incluya al partido más respaldado por los ciudadanos carece del mínimo sentido. El segundo problema es la tardanza en llegar. Griñán lleva en San Telmo desde abril de 2009. La crisis comenzó a finales de 2007. Se ha perdido el momento crucial para ofrecer a la ciudadanía un mensaje de compromiso y de unidad. El tercer problema tiene que ver con la indefinición de los objetivos. ¿Se trata de un pacto de concertación, pero ampliado?, ¿incluye a todos los partidos estén o no en el arco parlamentario? El Pacto por Andalucía es una muestra más de que la Junta dedica más tiempo al envoltorio ideológico y cosmético de la política que a los verdaderos problemas que afectan a los ciudadanos. Si hay voluntad de pactar, ¿por qué la Junta aprueba el decreto del litoral por la vía exprés y sin consultar a los ayuntamientos afectados?
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