Presupuestos autonómicos
Moreno a Díaz sobre la sanidad: «Ha llevado a la casa de empeño la joya de la corona»
La presidenta acusa al PP de querer «liquidarla» y avisa de que trabajará para «desnudar el objetivo que tiene» la campaña para «deslegitimarla».
La presidenta acusa al PP de querer «liquidarla» y avisa de que trabajará para «desnudar el objetivo que tiene» la campaña para «deslegitimarla».
En el Parlamento volvió a quedar de manifiesto ayer que según qué criticas levantan un muro espeso. El PP quería saber qué medidas va a poner en marcha la presidenta de la Junta, la socialista Susana Díaz, para «resolver los graves problemas que tiene la sanidad publica andaluza» y ésta acabó acusando a su líder en la comunidad, Juanma Moreno, de esconder oscuros intereses.
Para arrancar, Moreno desveló que a través del teléfono habilitado por su partido han recogido en dos semanas 500 testimonios de usuarios y profesionales «con nombres y apellidos», que «denuncian situaciones de caos y de mucho sufrimiento» y llevó a la Cámara el caso de una joven granadina de 20 años, «la hija de Antonio», que, según relató, espera una biopsia desde hace tres meses. Luego afeó a Díaz que su reacción a esa iniciativa de los populares haya sido «un maratón de fotografías por hospitales y consultorios» y le exigió respuestas. Le tocó el turno a la aludida, quien acusó al máximo dirigente del PP-A de «frivolizar» con un ejemplo específico, después de aseverar que el problema estaba en el hueso: que nadie «en Andalucía ni en España» se puede creer que «el PP es defensor de la sanidad pública en este país». Es más, tras recordar que ha pedido perdón por «los errores que se hayan podido cometer en Granada», los que han llevado a miles de personas a echarse a la calle para reclamar dos hospitales completos, no dudó en afirmar que los populares «están haciendo una vergonzosa campaña para deslegitimar la sanidad pública porque pretenden liquidarla». ¿Para qué? Con el fin, según Díaz, de que «otros hagan negocio y se llenen los bolsillos a costa de la salud pública». Despojada de todo remilgo proclamó que el PP esconde «una colisión de intereses privados muy peligrosa para el bolsillo de los ciudadanos». Y anunció señalando a Moreno: «No voy a dejar de trabajar hasta que desnude el objetivo que tiene en el ataque a la sanidad pública en Andalucía porque no es nada confesable». A su juicio, los de la bancada de enfrente a la suya, «nunca han creído» en la teóricamente agredida porque «han visto en ella un elemento para beneficiar y que hagan negocio los de siempre».
Tras la andanada, Moreno retomó la palabra para admitir estar «acostumbrado» al «tono bronco» de la presidenta hacia él, pero no a que ésta no respetara a «los sindicatos, profesionales y pacientes que le dicen en su cara que la gestión es pésima en materia de sanidad». En ese punto, le preguntó si las plataformas ciudadanas que reclaman hospitales y mejoras «buscan que alguien haga negocio en la sanidad», si «los 50.000 granadinos que han salido dos veces –a manifestarse– tienen intereses inconfesables» o si las organizaciones sindicales «quieren cargarse la sanidad pública». Una cadena de voces que, considera Moreno, debería hacer plantearse a la presidenta que a lo mejor la «equivocada» es ella.
«La sanidad pública es la joya de la corona, pero hace demasiado tiempo que la llevó a la casa de empeño», espetó Moreno a Díaz, para exigirle a continuación, que «se quite la venda» y la recupere para devolvérsela a los andaluces, porque es «un derecho fundamental conquistado entre todos con mucho esfuerzo y sacrificio». «Déjese de demagogias, de populismo institucional y actúe de una vez como una presidenta de la Junta», rugió, arrancando una ovación de los suyos.
Por último, apuntó que la mejorable gestión del Gobierno regional en materia sanitaria «está obligando a muchos andaluces a contratar sanidad privada», hasta el punto de que «desde 2012 se han inscrito 100.000 más» en ella. A ese dato se agarró la socialista para insistir en que el PP «difama», «miente» y «deja caer la imagen de la salud pública» porque «está preocupado por la cuenta de resultados de determinadas empresas». «En Andalucía no hay privatizaciones ni se cierran centros de salud como hizo la flamante ministra de Defensa –Dolores de Cospedal, en su etapa de presidenta de Castilla la Mancha– ni se permite que nadie imponga copagos», como pretendió el propio Moreno cuando era secretario de Estado, sostuvo la presidenta.
Y dio algunas cifras más como que la comunidad «gasta uno de cada tres euros de su presupuesto en sanidad» y se invierten un global de 9.400 millones de euros. Ahora bien, no hubo respuesta a una batería de interrogantes concretos que lanzó el líder del PP-A. No contestó a si es cierto que en Almería, Huelva y Sevilla se mantienen cerradas plantas enteras desde el verano, si en el hospital Virgen del Rocío de la capital hispalense «hay más de un centenar de puestos de enfermería sin cubrir», como advirtió el sindicato Satse; no confirmó ni desmintió si los centros hospitalarios onubenses «tienen un grave problema de limpieza» o si se ha producido incluso «un brote de sarna»; ni nada dijo sobre si en la UCI del hospital Alto Guadalquivir de Andújar (Jaén) hay «una bacteria muy peligrosa» y se sigue acomodando a pacientes en ella.
Un Presupuesto «real»
Más allá de la inversión en sanidad, la jefa del Ejecutivo autonómico quiso dejar claro en el plenario de la Cámara que el proyecto de Presupuestos de su Ejecutivo para el 2017 es «real y ajustado», aunque está «lejos de las posturas agoreras de la derecha» y de los «falsos profetas» que dice, campan por «nuestra tierra». Al interrogante formulado por el portavoz parlamentario del PSOE, y ahora también de la gestora que intenta «coser» el partido, Mario Jiménez, mantuvo que las cuentas partieron de un «diagnóstico real» de situación que «determina las necesidades de Andalucía», entre las que se encuentra la creación de empleo y el sostén del Estado del bienestar. Sea o no certero, se prevé que el proyecto salga adelante con el apoyo de C’s.
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