Andalucía

«Oyéndola, esta mujer murió porque le llegó la hora»

La oposición cuestiona las explicaciones de la consejera de Salud sobre la muerte de una paciente en urgencias tras una espera de 12 horas, un caso que considera «aislado»

La consejera de Salud, Marina Álvarez, ayer antes de su intervención en la comisión parlamentaria
La consejera de Salud, Marina Álvarez, ayer antes de su intervención en la comisión parlamentarialarazon

De poco le sirvió ayer a la oposición las explicaciones que ofreció en comisión parlamentaria la consejera de Salud, Marina Álvarez, en relación a la muerte de Aurelia Doina el pasado mes de diciembre tras 12 horas esperando a ser atendida en las urgencias del hospital San Juan de la Cruz de Úbeda (Jaén). Un caso, junto al del malagueño que falleció a causa de un ictus que le sobrevino en la sala de espera del hospital de Antequera, que ha dejado al descubierto las debilidades del sistema sanitario público andaluz, lastrado por la endémica falta de personal y la saturación asistencial. Su análisis de lo ocurrido fue tan poco convincente que la diputada de IU Inmaculada Nieto aseguró que «oyéndola, esta mujer murió porque le llegó la hora».

La tesis que defendió Álvarez es que este fallecimiento es un «caso aislado» que no debe asociarse «a la falta de personal, al caos o a la falta de planificación». Tal y como detalló la consejera, la paciente, que residía en una residencia de ancianos de Quesada, acudió en un primer momento, el 21 de diciembre, a su médico de cabecera, que la derivó a urgencias del citado hospital. Allí llegó a las 14:13 horas y a las 14:19 fue valorada en triaje. A las 15:25 horas se produjo la primera llamada, pero, al parecer, la auxiliar con la que llegó ya no se encontraba con ella. «Los tiempos se cumplieron», defendió Álvarez, en relación al plazo transcurrido desde que fue vista en triaje hasta que fue llamada por primera vez por el médico, obviando que la espera total fue de 12 horas y que se encontraba sola en una camilla.

La consejera recordó que se dio parte al juzgado de guardia de lo ocurrido, por lo que pidió «máxima prudencia y cautela». También el centro sanitario y la residencia de ancianos han abierto sendas investigaciones. Todo ello en un sistema sanitario que en 2017, tal y como apuntó, registró 11 millones de urgencias, con 30.000 pacientes atendidos al día. «Tenemos protocolos y recursos para que esta labor se realice en las mejores condiciones», subrayó.

La oposición no tardó en desmontar los argumentos de la consejera. La parlamentaria de IU se centró en la falta de personal, asegurando que «si hubiera habido recursos suficientes la sala de espera y las consultas habrían estado vigiladas». «Hay una arrogancia en sus palabras que no ayuda en nada», señaló, al tiempo que calificó sus explicaciones de «funambulismo político». Por su parte, el parlamentario de Podemos Juan Antonio Gil recordó que la paciente no llevaba la pulsera de persona no acompañada, por lo que expresó su extrañeza en relación a la «búsqueda activa» que se hizo, tal y como dijo Álvarez, porque «deberían haberla visto en la camilla sola». «¿Cuántos chequeos se hacen en la sala de espera y quiénes realizan esta labor?, ¿se está trabajando en el nuevo plan de urgencias?», se preguntó Gil, quien apuntó que «nos tememos que la responsabilidad recaerá en los trabajadores, que están sobrecargados, y no en los directivos».

La parlamentaria del PP Catalina García insistió en que «llevamos dos años denunciando en el Parlamento la sobrecarga de los profesionales sanitarios». Junto a ello, recordó otras críticas relativas a la asistencia que se prestó ese día en el hospital San Juan de la Cruz de Úbeda: «CC OO dijo que las urgencias estaban colapsadas, el plan de alta frecuentación no estaba activado y las vacantes no estaban cubiertas». Además, según el protocolo de la residencia de ancianos, «cuando la paciente se queda ingresada en urgencias la auxiliar se va». Para García, el «cúmulo de circunstancias» fue «el frío, la campaña de la aceituna –hay una mayor afluencia en las urgencias– y la Navidad, con la consiguiente merma en la plantilla». De su lado, la parlamentaria de Ciudadanos Isabel Albás instó a la Junta a «trabajar para revertir la situación» y recordó que la sanidad «es la segunda preocupación de los andaluces».

El diputado del PSOE Francisco José Vargas, lejos de reconocer posibles fallos, se limitó a atacar al PP, al que acusó de ser «el enemigo de la sanidad pública», ya que «pone en marcha campañas destructivas». «Así os va, con los sondeos electorales a vuestro favor», ironizó, al tiempo que señaló que «proponen pactos como churros que ni ellos mismos se los creen».

Volvió a tomar la palabra Álvarez para asegurar que la plantilla «era la que tenía que ser ese día, con un refuerzo en enfermería y auxiliares de enfermería», dado que en esa jornada había una frecuentación «discretamente» superior a la habitual. Tras advertir que «en ningún momento intentamos eludir nuestra responsabilidad en lo ocurrido», la consejera aseguró que ya se ha empezado a revisar el plan de urgencias, una labor que «llevará un tiempo», aunque avanzó que se contemplará de forma nítida que la revisión de los pacientes que esperan «no la realizará el personal de triaje, sino el dedicado a la asistencia».