¿Por qué odia Paqui a Juani?

Bueno, bueno, bueno. Pues ya tenemos otra vez a la borrica en la linde del trigal. Por motivos que se escapan, una asesora de las administraciones de Maracena (Granada) llamada Paqui odia a su convecina Juana Rivas y se está ensañando con ella, con el arma mortífera de unos susurros venenosos, hasta conseguir su destrucción completa: la moral, la económica y la psiquiátrica. No contenta con granjearle cinco años de cárcel y arrebatarle la posibilidad de ver crecer a sus hijos, esta militante socialista de currículo asimilable a tantos compañeros de partidos (varios decenios chupando del bote público sin ninguna cualificación demostrable) ha desoído la recomendación del juzgado, que la instaba a no aconsejar más al desdichado objeto de su inquina. Pero Paqui, como cualquier fanática azuzada por los más miserables instintos, no ha cejado en su furia devastadora y ha conseguido que tanto la policía como las autoridades italianas se estén planteando hoy denunciar a Juana por incumplir el mandato, otra vez, de devolver a sus hijos a su tutor legal. Por el camino, porque Paqui estudió durante un rato Derecho con nulo aprovechamiento, ha infligido a Juana el daño colateral de exponer a un menor al público escrutinio, lo que no es sólo una infamia desde el punto de vista ético sino que es estrictamente ilegal. En la lógica totalitaria en la que se manejan los caídos en esta secta, valdrá quizás la pena sacrificar a un peón por la causa superior del feminismo. La realidad es que se está destrozando a una mujer que necesita, antes que litigios en los tribunales, ayuda psicológica profesional para poder volver a ejercer de madre. Es posible, al final, que Paqui no odie a Juana. Sencillamente, le importa una higa lo que le ocurra siempre que ella pueda seguir jugando a la guerra de sexos.