SAT Sindicato Andaluz de Trabajadores
Sánchez Gordillo, dispuesto a pasar de «okupa» a arrendatario
El alcalde de Marinaleda admite ya la posibilidad de pagar por seguir explotando las tierras del Humoso, pero insiste en que no quieren la propiedad
El alcalde de Marinaleda admite ya la posibilidad de pagar por seguir explotando las tierras del Humoso, pero insiste en que no quieren la propiedad.
Los conflictos no siempre mueren con el paso del tiempo y el abierto entre el Gobierno andaluz y el Ayuntamiento de Marinaleda (Sevilla) por la venta del Humoso, la finca de 1.196,80 hectáreas de tierra expropiada al duque del Infantado, cedida por la Administración autonómica en 1991 y explotada en la actualidad por cooperativistas municipales, prosigue. Si bien, el alcalde de la localidad, el icónico Juan Manuel Sánchez Gordillo, confirmó ayer a LA RAZÓN que se han dado algunos pasos para intentar buscar una salida. Las pasadas semanas, una delegación local mantuvo reuniones con «técnicos» de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural y el regidor confía en poder volver a lograr otra cita con la titular del departamento, Carmen Ortiz, después del infructuoso intercambio de pareceres del pasado diciembre.
El desencuentro de fondo pasa por que el Ejecutivo regional quiere vender la finca, a ser posible a los cooperativistas que ya la trabajan y han convertido sus frutos, que transforman y venden, en el puntal económico de Marinaleda, pero éstos, según Sánchez Gordillo, «no quieren la propiedad» del terreno. Si bien, en esta nueva ronda de contactos, el alcalde y ex parlamentario andaluz de IULV-CA admitió que han puesto sobre la mesa la posibilidad de «pagar una cantidad» a modo de alquiler por su uso, con lo que pasarían de «okupas», a los ojos de algunos, a «inquilinos» agrícolas. «Pero, lo que queremos –matizó con pertinaz insistencia el regidor– es que la propiedad sea suya, de la Junta, o de alguna otra institución como el Defensor del Pueblo Andaluz o de quien sea. No queremos comprar el Humoso», recalcó a este periódico, al ser contrario a la filosofía en torno a la tierra que propugnan. La inclusión de la figura del Defensor como parte de una posible solución es novedoso, pero Sánchez Gordillo había planteado antes sin éxito la opción de crear una fundación u otra entidad pública en la que estuvieran representados «todos los sectores del pueblo, como depositarios de ese bien».
El también histórico dirigente del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) defiende que gracias a las hectáreas de tierra de las que el Gobierno autonómico pretende ahora deshacerse «se ha creado mucho empleo» en la localidad sevillana y que han invertido «16 millones de euros» en torno a ella para habilitar «los goteos para el agua, la almazara de aceite, la industria agroalimentaria» de la que vive buena parte de los vecinos, o en llevar a cabo «mejoras en el cortijo», como informó este diario. Por ello, Sánchez Gordillo no ve «justo» que los «echen», lo que sería, en su opinión, «un escándalo». Es más, ya advirtió de que si la Junta intenta desalojarlos, «antes tendrá que meter en la cárcel a todo el pueblo» y amenazó con ponerse en huelga de hambre para tratar de impedirlo, pese a su parcheada salud.
Del otro lado, el Ejecutivo andaluz sostiene, y así se ha plasmado por escrito en un informe, que alrededor del Humoso, cuya enajenación persigue para hacer caja, existe un débito de más de 5,52 millones de euros por su utilización que no se ha afrontado. Una deuda que Gordillo no reconoce en su totalidad y la que, asegura, no está soportada en recibos.
El PSOE lo insta a dejar de “marear la perdiz”
Del futuro del Humoso depende en buena medida el porvenir de Marinaleda. El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Mariano Pradas, lo sabe. Otorga a las palabras del alcalde, «a estas alturas, poca credibilidad». De hecho, pide al regidor que deje de «marear la perdiz» y de «intentar ganar tiempo» y «acuda de verdad a las reuniones a las que se compromete con la Junta» para luego «no aparecer», criticó. Pradas no dudó en aseverar que cree que, «en éste como en otros asuntos», el ex parlamentario andaluz «está mintiendo y engañando a todo el mundo». A su entender, «se debería dejar que fueran los cooperativistas los que decidieran qué es lo que quieren hacer con las tierras y los que negociaran», más allá del largo brazo de Sánchez Gordillo. «A él –añadió– lo que le gusta es montar el circo y ser el protagonista». Habrá que ver si influye o no en el final de esta historia.
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