Sevilla

Spaghetti Netflix

Rodaje en el desierto de Tabernas / Foto: Efe
Rodaje en el desierto de Tabernas / Foto: Efelarazon

Perdida en el Oriente de la región en la linde con Murcia, a la mitad de distancia en línea recta del puerto argelino de Orán que de la capital autonómica en Sevilla y rea del pecado original de haber obligado a un apaño (i)legal cuando el referéndum del 28-F, Almería se ha visto obligada desde la Transición a buscarse las habichuelas por su cuenta. Tal por vez por eso ha generado una estirpe de gobernantes desacomplejados, fruto de una sociedad civil proactiva –¡emprendedores!–, que la han puesto en la vanguardia económica: sin abandonar el turismo, que miman sin caer en el monocultivo ni en la masificación, han transitado del mármol a los invernaderos y de éstos, a la estela del boom digital, a la recuperación de la tradición cinematográfica de una provincia que podría haberse quedado ensimismada rememorando el antiguo esplendor de Clint Eastwood y Sergio Leone. Tabernas haría un bonito parque temático, pero como el pasado casi nunca da de comer, el reto hoy es atraer a Netflix como hace medio siglo se atrajo a los grandes realizadores del western. No es infrecuente que las grandes teleseries rueden alguna temporada en Andalucía, a mayor gloria de unos munícipes mitómanos y catetos sin otro afán que fotografiarse junto a los actores. Lo novedoso en este caso es que el Ayuntamiento almeriense ha aprovechado la elección circunstancial de su ciudad como plató para «The Crown» para promover un convenio con la que se ha convertido ya en la primera productora de ficción del mundo. La farándula pone el brillo y la industria audiovisual trae los euros. Existe una notable diferencia entre trabajar y alimentar la propia cuenta de Instagram, lo que posiblemente sea uno de los factores decisivos en que los índices socioeconómicos de Almería rayen a altura inalcanzable para sus vecinos.