Agencias de viaje de la Región apuestan por activar un producto local de calidad

El presidente de la Federación Castellano Leonesa de Asociaciones de Agencias de Viaje (Feclav), Raúl Labarga, tiene claros los principales problemas del sector: la «competencia muy dura», el «intrusismo» y la necesidad de «desarrollar un producto local», algo que ya ha empezado a cobrar forma de una manera muy positiva, con la «exitosa» puesta en marcha del programa «Viaja Facyl Club 50», un proyecto «pionero en España» que este año llegará por primera vez a las nueve provincias de la Comunidad.

Así lo expuso instantes antes de inaugurar en el Castillo de Fuensaldaña la primera edición del Congreso de Agencias de Viaje de Castilla y León, una iniciativa que nace con vocación de continuidad anual, y que busca poner en común el trabajo de los asociados (el 60 por ciento de todo el sector en la región), analizar cuál es la situación del área y buscar soluciones comunes para la problemática que afrontan.

Labarga estuvo acompañado en la inauguración por el vicepresidente de la Diputación de Valladolid, Víctor Alonso, que subrayó que «el turismo es un sector fundamental» para la institución provincial, y «las agencias de viajes son una oportunidad más para atraer al mayor número de visitantes posibles» a estas tierras, generan así «mayor actividad económica en los pueblos».

Feclav, que se constituyó hace apenas diez meses con la asociación de 90 empresas de la Comunidad, tiene en la actualidad 150 asociados, e integra a las nueve asociaciones provinciales de agencias de viajes de la autonomía. Todos sus miembros son pymes o micropymes, y no incorporan «redes verticales» de mayor tamaño, con lo cual Labarga considera que aglutinar al 60 por ciento de las empresas es «todo un éxito».

Según detalló, la situación que vive el sector es «compleja», ya que los empresarios que lo conforman son «supervivientes», y no sólo a la crisis, ya que «es un sector sensible a todo tipo de sucesos internacionales, desde la situación política de áreas geográficas, al precio del petróleo o la propia irrupción de internet, que al principio era visto como el enemigo», según reconoció Labarga, si bien ahora lo interpretan como «una herramienta de trabajo básica».