Valladolid
Carnero alerta sobre la soledad de los pueblos como el peor de los dolores
El presidente de la Diputación de Valladolid celebra que ya sean «hermanas y hermanos, ya todos cofrades» al pregonar la Semana Santa riosecana en una intervención tan sobrenatural como humana.
El presidente de la Diputación de Valladolid celebra que ya sean «hermanas y hermanos, ya todos cofrades» al pregonar la Semana Santa riosecana en una intervención tan sobrenatural como humana.
Jesús Julio Carnero alerta sobre la soledad de los pueblos como el peor de los dolores. El presidente de la Diputación de Valladolid fue el encargado de pregonar la Semana Santa riosecana en una intervención tan sobrenatural como humana en la que celebró que ya sean «hermanos y hermanas, ya todos cofrades».
Bajo la atenta mirada de miles de riosecanos, Carnero habló directo a los corazones de los vecinos de Medina de Rioseco, una localidad donde el 80 por ciento de sus habitantes pertenecen a alguna de sus hermandades.
Tras la proclama por las calles de la ciudad con el Pardal, tapetanes y la Banda de la Clemencia, el presidente de la Diputación de Valladolid pronunció en la iglesia de Santa María un discurso muy sentido y personal, en el que hizo alusión a su familia y a cómo la fe le hizo recuperarse de las pérdidas de su abuela y su padre.
Arropado por el cariño de los asistentes, Carnero tuvo palabras de agradecimiento para la Hermandad de Nuestro Señor de la Columna, que le nombró Hermano de Honor en un acto celebrado en febrero de este año en el que también se aprobó el reglamento de la Cofradía por el que quedaba incorporada la mujer a la misma con los mismos derechos y obligaciones que los hermanos.
Un hecho que aplaudió el pregonero, quien pidió también la igualdad entre hombre y mujeres a la que, «cada uno desde nuestras responsabilidad, debemos aspirar y luchar por ella».
«La Semana Santa de Rioseco es intemporal como lo es la Tierra de Campos que la habita, es seca, rotunda, pero llena de vida», afirmó Jesús Julio Carnero.
«Su grandeza es su persistencia, haciendo ustedes lo que siempre hicieron sus padres y éstos lo que, a su vez, hicieron los suyos. Siglos y siglos de esplendor y también de decadencia, pero siempre haciendo por expresar su fe», continuó el presidente de la Diputación.
«No hay otro lugar en el mundo en el que se explique mejor y con mayor delicadeza la vida del Apóstol Santiago que a través del retablo de la iglesia de Santiago de los Caballeros», narró Carnero. «Rioseco hito en el Camino, siendo parte de esa seña universal que es Santiago. Rioseco, esencia del peregrinar», prosiguió.
Todos los Viernes Santo se produce en esta localidad vallisoletana «el prodigio». Los Pasos Grandes han de salir de su capilla, que «contiene la esencia de la Semana Santa riosecana, que es también la esencia del Cristianismo: la Crucifixión del Señor y el Descendimiento de la Cruz», explicó el pregonero.
Carnero recordó el año que pudo ver la salidad de esas piezas de la pequeña capilla. «Al mirar a los hermanos sientes sus ausencias, sus presencias, sus recuerdos, sus errores, sus triunfos y derrotas, ¡es tal la densidad de sentimientos! Se escucha un silencio grave del que ya hablaba Miguel Delibes y que es la esencia de la Semana de Pasión en Castilla», subrayó Carnero.
Finalmente, recordó a todos los que conforman esta celebración, desde los cofrades a los obradores y las hermanas Clarisas y a todos ellos deseó: «¡Con la mano en el corazón, Buen Camino!»
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