El vino gana mercados internacionales y se erige en emblema de la competitividad

Castilla y León es, junto con La Rioja, la gran potencia exportadora de vinos de España. Un sector que se ha convertido en «un reducto de competitividad importantísimo» dentro de la Economía de nuestro país, lo que se observa a las claras al observar que cada vez más compañías se lanzan a probar suerte en el exterior.

«Hemos dejado de depender tanto del consumo interno, motor de crecimiento, que se ha venido abajo, a depender de las exportaciones», aseguraba ayer, en Valladolid, el director del Servicio de Estudios Agroalimentarios de Cajamar, David Uclés, durante la presentación del «Análisis del sector vitivinícola de las DO de Castilla y León 2012».

Una de las autoras del informe, Beatriz Urbano, incidió en el destino de las exportaciones de caldos de la Comunidad, que siguen copando países como Suiza (15,9 por ciento), Alemania (14,4) y Estados Unidos (14,1 por ciento), si bien, aseguró que también China se consolida como buen comprador (una de cada veinte botellas que rebasan fronteras españolas), al recibirse de aquel país cada vez más albaranes, como también ocurre con México -con el 9 por ciento-.

Sin embargo, incidió en que «sí se deduce de las estadísticas que clientes del norte de Europa han rebajado la adquisición de vino castellano y leonés». Una pauta que no es general, dado que «la demanda sigue en aumento en Castilla y León», agregó, gracias también a la apuesta de las bodegas por ofrecer producto de calidad a precios competitivos o de contar con una buena imagen y diferenciación.

En este contexto, destacó que las zonas que mayor volumen de producto exportaron el año pasado fueron la de Valles de Benavente, con el 57 por ciento de su embotellado, y Vino de la Tierra de Zamora, con el 40 por ciento. Algo más comedidas fueron las ventas de Bierzo, Cigales, Ribera del Duero o Toro, que rondan el 25 por ciento, mientras que el resto estuvo por debajo.

En otro orden de cosas, Urbano señaló que entre 2010 y 2012 los vinos amparados por indicaciones geográficas protegidas o denominaciones de origen fueron los únicos que aumentaron su valor en los mercados internacionales, con un avance en su cotización del 3,5 por ciento, mientras que fuera de esas vitolas, cayó un 14,3 por ciento. Por su parte, Roberto García, responsable de Negocio Agroalimentario y Cooperativo de Cajamar, entidad que ha promovido este informe monográfico, incidió en que «el agroalimentario es, precisamente, uno de los pocos sectores existentes en que podemos ganar cuota de mercado, con la singularidad de que antes perdía cuota y ahora cada vez gana más, y ya supone el 5 por ciento en el conjunto del territorio, y un 10,4 por ciento del Producto Interior Bruto de Castilla y León».