Castilla y León
Herrera contempla abrir hoy una crisis de gobierno que despejaría su sucesión
El presidente de la Junta estudia, de igual manera, movimientos en el Partido Popular de Castilla y León, de cara a fortalecerlo y a tomar posiciones ante las elecciones del 2015
Valladolid– El Debate sobre el estado de la Comunidad de este año puede ir más allá del pulso habitual entre Junta de Castilla y León y oposición. Aprovechando el ecuador de la legislatura, Juan Vicente Herrera no descarta abrir, hoy, las puertas a una remodelación de gobierno que lleva contemplando con especial intensidad en las últimas jornadas, tanto para ganar en eficacia, como con vistas al debate sucesorio para el que, como mandan los cánones, ha marcado, sin alharacas, unos tiempos concretos y precisos.
Herrera estudia, asimismo, movimientos en el Partido Popular, que también preside, de cara a fortalecerlo y a tomar ya posiciones ante las elecciones que tendrán lugar dentro de dos años.
El hecho de tomar la iniciativa en este momento pondría en claro que es el propio Herrera quien maneja la situación, de manera que atajaría movimientos que en los últimos tiempos han protagonizado algunos de sus 'barones', a los que se ve «más preocupados por su futuro que por el de los castellanos y leoneses», en palabras de un alto directivo nacional del Partido.
Juan Vicente Herrera, que no obstante es muy consciente de la eficacia de algunos consejeros, siempre ha defendido en la arena política que quiere en las filas de su partido y de su gobierno a hombres y mujeres muy serios, con sentido de lo público. Entregados a su tarea de servicio a Castilla y León. El presidente también ha demostrado, por activa y por pasiva, que detesta las conspiraciones y los aires de grandeza y se la guarda a los que practican ambas 'virtudes'.
Desde Madrid se contempla ya con cierta preocupación que el tiempo avanza y el camino sucesorio no se aclara. Por ello, Herrera, un político de paciencia contrastada, ha determinado que el momento clave ha llegado y no quiere dejar cabos sueltos, cuando apenas restan 23 meses para la próxima cita autonómica con las urnas de los castellanos y leoneses. El presidente está al tanto de todos los almuerzos que algunos barones celebran semana sí y semana también con unos y otros, con el único objeto de asegurarse posiciones en futuros organigramas. Si bien, él es de la tesis, como muchas veces ha señalado, de que «las comidas de trabajo son un lastre, ni se come ni se trabaja», y lo que él persigue es cerrar vías y que quien sea el candidato a presidir la Junta en 2015 se vuelque -como él ha hecho durante una década larga- con el bienestar de los castellanos y leoneses.
Sólo hay un antecedente de crisis de gobierno lanzada por Herrera. Fue en las vísperas del día del Pilar, en 2004, cuando situó como vicepresidenta primera y portavoz a María Jesús Ruiz, a Tomás Villanueva como vicepresidente económico -emulando la estructura del Ejecutivo central de aquel momento, con Teresa Fernández de la Vega y Pedro Solbes- y regresó a su equipo de Gobierno uno de sus más estrechos colaboradores aún, Carlos Fernández Carriedo, que hasta el final de esa legislatura dirimió los expedientes de Medio Ambiente.
Crisis tras la bonanza
El mandato de Junta de Juan Vicente Herrera, que se prolonga por doce años, ha visto 'fifty-fifty' vacas gordas y vacas flacas. Si bien, al presidente hay que atribuir acuerdos claves, sin los que hoy no se entendería Castilla y León tal y como es, el del Diálogo Social. Especialmente incisivo ha sido también en la defensa de quienes peor lo han pasado anticipándose incluso al Estado con soluciones como la Renta Garantizada de Ciudadanía.
Herrera dejará claro que lo que más le interesa es Castilla y León (por la que ha dado la cara ante los diferentes gobiernos en Madrid con los que le ha tocado lidiar), por encima de todo y volverá a demostrarlo en el hemiciclo. Será en su noveno Debate de Política General.
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