Valladolid

Jóvenes investigadores de Valladolid promueven una Federación Regional en defensa de sus derechos

«Iniciactiva» es el nombre de la recién creada asociación que trabaja codo con codo con «Innova» de la Universidad de Salamanca y que también pretende sumar a la causa a los predoctorales de Burgos y León

María Díez Garrido es la presidenta de «Iniciactiva», una asociación que acaba de arrancar con una quincena de jóvenes investigadores de la UVa
María Díez Garrido es la presidenta de «Iniciactiva», una asociación que acaba de arrancar con una quincena de jóvenes investigadores de la UValarazon

Defender los derechos del cuerpo de jóvenes investigadores de la Universidad de Valladolid (UVa); fomentar la investigación, la ciencia y la innovación universitarias; servir como soporte para el desarrollo de actividades encaminadas hacia su profesionalización en la sociedad; y ser la voz de los investigadores en las instituciones públicas.

Así reza en el blog de la recién creada Asociación de Jóvenes Investigadores de la Universidad de Valladolid «Iniciactiva», aunque el germen y origen de este movimiento surge por el descontento existente entre los alrededor de 220 investigadores predoctorales de la Universidad de Valladolid, hastiados de que esta institución siga «incumpliendo» la subida salarial aprobada por el Consejo de Ministros el pasado mes de marzo y que aparece en el Estatuto del Personal Investigador en Formación, por lo que suman ya seis meses, casi siete, sin percibir ese incremento que les corresponde por Ley.

Esta asociación, además, está trabajando codo con codo con la Asociación «Innova» de la Universidad de Salamanca, y busca sumar a la causa a los jóvenes investigadores de las universidades de Burgos y León -donde no existe ninguna entidad de este tipo-, para ser más fuertes y tener presencia y repercusión.

María Díez Garrido es la presidenta de «Iniciactiva», y cuenta a LA RAZÓN el malestar existente entre el colectivo con la UVa «por actuar también en nuestra contra y a nuestras espaldas», denuncia, así como por «poner en peligro» y «provocar la fuga» de quienes están llamado a ser el necesario relevo generacional del personal cada más envejecido. En este sentido, señala Díez Garrido que en junio pasado se enteraron «de repente y por casualidad», de que la institución que dirige Antonio Largo había aprobado dejar de abonar a sus predoctorales la mitad de la matrícula de los programas de doctorado que deben cursar obligatoriamente, que cuesta unos 400 euros.

Por lo que ahora, en este mes de octubre, estos jóvenes investigadores deberán pagar 200 euros a la UVa, su empleador. «Es algo contradictorio y nos parece indignante por cuanto tampoco nuestras nóminas son demasiado elevadas», se queja esta investigadora, preocupada también por que la falta de un Gobierno en España estable está paralizando ayudas a la Investigación. «Esta es la excusa que nos dan desde la Universidad para no pagarnos», denuncia.