Siloé conquista el Museo Fadrique con el «Libro de Horas del Obispo Fonseca»

burgos- Mucha expectación está levantando en el Museo del Libro Fadrique de Basilea de Burgos la réplica de la editorial el «Libro de horas del Obispo Juan Rodríguez Fonseca». Miles de personas están aprovechando el periodo estival para conocer esta «bellísima» publicación. La calidez en los colores, la pulcritud en los detalles de cara orla, la exquisita aplicación de oros utilizados por Siloé convierte a este ejemplar en una muestra artística que trasciende el mundo de la literatura para incorporarse de lleno al legado histórico del medievo.

Historia viva de España

«El Libro de las Horas del Obispo Juan Rodríguez Fonseca» es un espléndido manuscrito ricamente iluminado procedente de la gran biblioteca del marqués de Roda. Perteneció al obispo Juan Rodríguez de Fonseca, uno de los personajes más importantes e influyentes en la España de su tiempo que ocupara entre otras la sede episcopal de Burgos, fue embajador de los Reyes Católicos y, como tal, viajó por toda Europa y sobre todo a los Países Bajos, donde compraría este hermoso Libro de Horas, al que añadiría su escudo heráldico que actualmente se conserva en el Real Seminario de San Carlos Borromeo de Zaragoza.

El tradicional calendario que acostumbra a acompañar a estos libros de oraciones sobresale aquí por su variedad y su excepcional categoría: abundan las excelentes escenas de género que más tarde harán famosa a la pintura flamenca. El realismo y perfección de las escenas de este excelente manuscrito lo convierten en una obra maestra de la escuela de Gante-Brujas del final de la Edad Media.

De lo que no cabe duda es de que estamos ante un ejemplar extraordinariamente rico por su ornamentación, con un calendario fastuoso y con detalles ricos en todo tipo de técnicas y matices flamencos que le convierten en un manuscrito no sólo de gran calidad, sino de primera categoría. La soberbia réplica realiza por Siloé, arte y bibliofilia reproduce con fidelidad las 46 miniaturas a página entera más las 22 grandes orlas completas así como la encuadernación con soberbios herrajes de plata envejecida que confieren al conjunto el marcado carácter de obra imprescindible para los amantes de este tipo de códices.