Castilla y León

Silvia Clemente convoca al encuentro para aupar entre todos el mejor Estatuto

La presidenta de las Cortes defiende que los ciudadanos se sientan representados desde el diálogo entre todas las sensibilidades

El que fuera secretario general del PSOE de Castilla y León, Jesús Quijano, saluda al actual, Luis Tudanca, en presencia de José Francisco Martín
El que fuera secretario general del PSOE de Castilla y León, Jesús Quijano, saluda al actual, Luis Tudanca, en presencia de José Francisco Martínlarazon

La presidenta de las Cortes defiende que los ciudadanos se sientan representados desde el diálogo entre todas las sensibilidades.

Diálogo y consenso para lograr el mejor Estatuto que dé respuesta eficaz a los castellanos y leoneses, pero también esfuerzo para que la sociedad se sienta representada en él, y especialmente ahora con la actual configuración de la Cámara, la más plural de la historia tras la entrada nuevas formaciones políticas. Ésto es lo que les pedía ayer Silvia Clemente a los grupos políticos que abordarán a lo largo de esta legislatura la que será la cuarta reforma de la norma que da sentido a Castilla y León como comunidad autónoma.

La presidenta de las Cortes regionales inauguraba ayer en el edificio del Parlamento autonómico una interesante y didáctica jornada sobre el Estatuto, coincidiendo con los 33 años de su entrada en vigor mañana jueves, donde apelaba a que prevalezca el espíritu que ha reinado en las tres anteriores reformas que, según decía, han permitido a nuestra Comunidad profundizar y perfeccionar sus órganos de autogobierno, incorporar nuevas competencias, mejorar el funcionamiento institucional y que se reconozcan los derechos sociales de los ciudadano. «Modificaciones todas ellas que, desde el ordenamiento jurídico y la unidad nacional, nos han equiparado con el resto de autonomías», destacaba Silvia Clemente, a la vez que defendía el protagonismo de las Cortes para su elaboración y debate, y animaba a los ciudadanos a que sean protagonistas también de esta reforma por su trascendencia para el progreso de la Comunidad.

La ponencia inaugural la protagonizaba el catedrático de Derechos Constitucional, Antonio Torres del Moral, donde defendía el sistema de la Ley D’Hont que impera en España en materia electoral, «más ajustado y perfecto -decía- que el modelo francés o británico».

Falta de identificación

Si bien, advertía de que el problema actual existente es que los españoles no se sienten identificados ni representados por las instituciones. Algo que, en su opinión, tiene que ver más con los sentimientos que con los números. Por ello, rechazaba incluir en la reforma estatutaria la modificación de la Ley electoral para evitar una mayor rigidez. Igualmente, a la vez que pedía prudencia a la hora de abordar la reforma y advertía de llevar ocurrencias a la norma estatutaria: «no todo tiene por qué ser materia de Constitución o Estatuto». También sugería la inclusión de la moción de censura a los consejeros porque considera que se mejoraría el control político al Ejecutivo. También participaban en esta jornada expertos en Derecho Constitucional como Paloma Biglino, Augusto Martín o Luis Delgado, quienes coincidían en limitar los mandatos para facilitar la alternacia política y que no se profesionalice esta actividad; que haya listas cerradas con voto preferencial a la hora de acudir a las urnas; y que se refuerce el respeto, la lealtad y el control político por parte de las minorías en las Cortes hacia el Ejecutivo.

Bastante mejorable

Los portavoces de los cinco grupos parlamentarios protagonizaban otra de las mesas redondas del día. A pesar de algunas lógicas diferencias sobre las prioridades o cómo afrontar la reforma estatutaria, todos ellos defendían que el actual Estatuto es bueno pero «bastante mejorable», y que hay base para el acuerdo. Especialmente en lo que se refiere a la inclusión de un «suelo social» que blinde los servicios públicos esenciales independientemente del gobierno de turno o la situación económica. El más crítico, José Sarrión, del Grupo Mixto, para quien no es momento de reformarlo y duda de que fuera a mejorar la calidad de vida de la gente.