Buscan a 46 universitarios para ayudar a niños en riesgo de exclusión

«Es un motivo para sonreír y para conocer Barcelona. Te ayuda a comprender que las cosas que te preocupan, en realidad, no son tan importantes». Y eso, Clara, una estudiante que llegó a Cataluña para estudiar arquitectura, lo ha aprendido gracias a las reuniones semanales que mantiene con Ayün, un niño de 11 años que forma parte del programa «Rossinyol Barcelona».

Se trata de una iniciativa nacida en 2010 gracias a la Fundació Servei Solidario que tiene como objetivo favorecer la integración social, cultural y lingüística de jóvenes en riesgo de exclusión social, a través del encuentro con estudiantes universitarios fuera del entorno escolar. Juntos comparten su tiempo libre para realizar actividades culturales y de ocio: desde visitas a museos o a cines, juegos, paseos o simples conversaciones.

Cada estudiante es emparejado con un niño de entre 11 y 14 años con el que se reúne durante todos los meses que dura el curso una vez a la semana durante tres horas. La relación está tutorizada por el Servei Solidario, que proporciona a los mentores formación previa.

El prograna «Barcelona Ronssinyol» pretende que la infancia de barrios con alta tasa de fracaso escolar aumente su capital social (ampliación de la red social y recursos fuera de la escuela), reformule sus expectativas profesionales, planteándose continuar estudios superiores y mejore su desarrollo emocional. También quiere fomentar un estudiante universitario «comprometido y atento a la sociedad a través de la mejora de su competencia intelectual y el desarrollo de nuevas habilidades interpersonales y capacidades comunicativas», según explican los responsables de la iniciativa.

Tras la experiencia que les proporciona haber conseguido formar con éxito 122 parejas, la intención de este programa es conseguir que este año 46 universitarios puedan compartir su tiempo libre con estos jóvenes con problemas de estudio. Para ello premian hasta con seis créditos de libre elección su participación en esta inciciativa solidaria.

Hasta el momento, cinco universidades tienen convenio con «Barcelona Russinyol», que trabaja mano a mano con ocho centros escolares de Barcelona, en los barrios de Ciutat Vella, Nou Barris y Sants, con la tasa más alta de abandono escolar.

«Cataluña tiene una de las tasas de abandono escolar más altas de Europa, un 22 %. Cada vez que un mentor dedide encontrarse con un niño, ayuda a que esta cifra disminuya. Se produce un cambio social pequeño pero importante», señalan desde el programa.