Prevención
Cataluña quiere reducir en un 10 por ciento los suicidios para el 2020
Los resultados del primer año del Código de Riesgo de Suicidio (CRS) confirman su eficacia
Un año después de la puesta en marcha del Código de Riesgo de suicidio (CRS) y en las vísperas de la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, el departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña se mostró ayer especialmente satisfecho por los resultados de la implantación de este protocolo de actuación, que pretende disminuir en un 10 por ciento hasta 2020 la mortalidad por suicidio.
En 2013 en Cataluña se produjeron un total de 537 muertos por suicidio, lo que sitúa su tasa de mortalidad en las 7,2 defunciones por cada 100.000 habitantes, siendo así una de las tasas de suicidio más bajas de Europa, cuya media es de 11,85 defunciones por cada 100.000 habitantes , y de España, que cuenta con una tasa de 8,31 defunciones. Pese a ello, el suicidio es aún la primera causa de mortalidad prematura entre los jóvenes de 25 a 34 años.
Con el fin de reducir la mortalidad por suicidio, aumentar la supervivencia de la población atendida por conducta suicida y prevenir la repetición de tentativas en pacientes de alto riesgo, el Departamento de Salud inició en 2014 la implantación del CRS, que ya se ha desplegado por el 54% del territorio con la implicación de 900 profesionales y cerca de 90 centros sanitarios de Cataluña. El CRS, cuya implantación estará completa a finales de 2015, consta de tres fases: la primera es la de alerta y activación del código desde el servicio de urgencias hospitalarias que ha atendido a la persona; la segunda fase consiste en el seguimiento proactivo telefónico y presencial tras completarse la atención hospitalaria, y en la tercera, el médico de familia hace un seguimiento integral preventivo del estado de salud.
Además, supone la creación de una registro sanitario de casos atendidos que permitirá valorar la magnitud del problema en Cataluña y que revela que en un año se han identificado 1500 personas con conducta suicida, el 65% de los cuales corresponden a mujeres y la media de edad se sitúa en los 42 años, mientras que el 9% del total son menores.
Así, según los datos recogidos en el último año, el CRS se ha activado en el 73% de los casos, unas 1150 personas, lo que supone que de cada 10 casos en los que se ha recibido una alerta, en 7 de ellos se ha acabado desplegando el protocolo. Además, el 94% de las personas han realizado una sola tentativa de suicidio, 2 de cada 3 personas contactadas por los servicios comunitarios han asistido a la visita de seguimiento –cuando está documentando que si no se actúa, sólo un 20 por ciento realizan la visita de seguimiento-, y el Servicio de Emergencias Médicas ha hecho las llamadas de seguimiento a los 30 días en el 91 por ciento de los casos. Paralelamente, los datos recogidos revelan que el 68 por ciento de los casos sufren algún trastorno mental diagnosticado. Ante estas cifras, el conseller de Salud, Boi Ruiz, señalaba ayer que el CRS «es un proyecto que empieza a tener resultados y está encarrilado». «Los datos preliminares son esperanzadores, porque la tendencia es buena y el código hace algo», añadió.
Junto al CRS, otra de las prioridades de las políticas de prevención del suicidio es la de dar apoyo a los supervivientes, a las personas que han mantenido una relación íntima con alguien que ha consumado el suicidio, que se calcula que en Cataluña son cerca de 3000 personas nuevas cada año. En este sentido, el Servicio de Psiquiatría del Hospital de Sant Pau se ha responsabilizado de dar el apoyo especializado a la Asociación de Supervivientes, la primera que existe en España.
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