Colau, obligada a dar explicaciones sobre turismo

El PP y el PDeCAT fuerzan una comisión municipal para tratar el asunto después de las últimas agresiones a extranjeros.

Barcelona se encuentra en pleno debate sobre el fenómeno del turismo. La ciudad lleva años así, dividida, quiza sobrepasada por la dimensión del número de visitantes, más propio de grandes capitales que de una ciudad del tamaño de la capital catalana. Y encima, hay sobre la mesa el reciente ataque de jóvenes de la formación independentista Arran a un bus turístico. Unos encapuchados asaltaron con puñales el vehículo, al que pintaron con proclamas antiturísticas.

Por si fuera poco, Arran ha protogonizado otros ataques, en Palma de Mallorca, y también contra bicicletas turísticas en Barcelona, pinchando las ruedas. La CUP, de hecho muy cercana a esta entidad, en ningún momento ha condenado estos ataques. Estos sucesos han aparecido incluso en la Prensa europea, sobre todo en los periódicos británicos. También en otros países.

De momento, con Jaume Collboni (PSC), como alcalde accidental, el Ayuntamiento, a través de la comisión de Presidencia y Seguridad, se reunirá este lunes 7 de agosto con carácter extraordinario para analizar los citados y recientes ataques contra el sector turístico.

La presidenta de la Comisión, Francina Vila, convocó la reunióm a petición de las formaciones PP y PDeCAT. Entre otros asuntos, se abordará el citado ataque a un bus turístico, aparte de otras acciones contra este sector.

El orden del día establece que el único asunto a tratar es solicitar la comparecencia de los responsables municipales para informar sobre estos últimos hechos violentos, condenarlos y explicar las acciones a tomar en el ámbito de la seguridad. La reacción más contundente, sin embargo, llegó desde el conseller de Empresa, Santi Vila, quien calificó estas acciones de «intolerables», y anunció medidas legales.

El diputado del PP catalán, Alberto Vilagrasa, anunció también esta semana que pedirán formalmente la comparecencia parlamentaria del conseller de Interior, Joaquim Forn, y del director de los Mossos, Pere Soler, para que «den explicaciones sobre los episodios de violencia callejera», y los comparó con la «kale borroka» en el País Vasco., una opinión que, por otra parte, también provocó quejas.

Se trata de uno de los asuntos más polémicos este verano en Cataluña, y especialmente en Barcelona. Da la sensación de que la ciudad está dividida respecto a un cada vez mayor número de turistas, con un volumen que muchos vecinos de los barrios más céntricos, como por ejemplo, del Born y del Raval.

En todo caso, la dirección del PP acusó a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de guardar un «silencio cómplice» ante los estos actos vandálicos, y le pidió que responda a estas agresiones como regidora y «no como activista». La vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, dijo que si no se ofrece una «respuesta firme que demuestre que Barcelona no tiene turismofobia», la ciudad saldrá perdiendo.