Literatura
Dalí por sí mismo
La fundación del artista lanza una nueva edición de la primera autobiografía que escribió el pintor surrealista
La fundación del artista lanza una nueva edición de la primera autobiografía que escribió el pintor surrealista
No cabe duda que a Salvador Dalí siempre le preocupó la construcción de su imagen, aquella con la que supo ganarse el ser reconocido por el gran público. En este sentido, su autobiografía «Vida secreta de Salvador Dalí» es un elemento fundamental. La fundación que lleva el nombre del artista surrealista ha recuperado ese texto que llevaba unos años fueran del alcance de los lectores. La nueva edición sigue los pasos de otras anteriores, es decir, mantiene las ilustraciones que el artista había realizado para el texto y cuyos originales hoy, en su mayoría, forman parte de la colección de la Fundació Gala-Salvador Dalí de Figueres.
Sin embargo, donde sigue existiendo un problema es en el texto. La fundación trabaja en la actualidad en una futura edición que trate de fijar de una vez por todas la palabra daliniana. No es una labor fácil porque el recorrido de lo escrito por el pintor ha sido complejo. Vamos a tratar de contarlo.
En el Centre d'Estudis Dalinians se conservan los manuscritos originales que el padre de los relojes blandos escribió en su muy particular francés, aunque también incorporando giros en castellano y catalán. A ello se le suma el agregar algunos dibujos explicativos alrededor de lo redactado. La difícil labor de poner todo este material en limpio recayó en Gala, la esposa y musa de Dalí, que tradujo todos aquellos manuscritos a un mecanoscrito en francés. Esa es la base para la primera edición de «Vida secreta de Salvador Dalí».
En 1942 llegaba a las librerías estadounidenses la primera edición de la autobiografía por Dial Press. El escritor, traductor y profesor de literatura francesa Haakon Chevalier fue el encargado de hacer la adaptación al inglés del original daliniano. Parece evidente que tanto Gala como Dalí quedaron satisfechos con el trabajo de Chevalier porque, con el tiempo, sería el responsable de las traducciones inglesas de otras obras literarias del pintor como el ensayo «50 secretos mágicos para pintar» o la novela «Rostros ocultos».
Pero sigamos con la aventura de «Vida secreta». El libro fue inmediatamente prohibido por la censura franquista y no llegaría a nuestro país hasta 1980, pese a los elogios que recibió en algunos medios españoles, como sucedió en la revista «Destino» de la mano de Josep Pla. Sí hubo, pese a todo, una edición del libro en español, una versión del texto daliniano que se editó en Poseidón, un sello de Buenos Aires en 1944. El libro era una adaptación del trabajo de Haakon Chevalier, pero sin tomar en consideración el original de Salvador Dalí. De esta manera se perdían matices, palabras femeninas que se habían hecho masculinas en la nueva versión. Por ejemplo, en «Vida secreta» apunta que «cuando tenía seis años quería ser cocinero. A los siete quería ser Napoleón y mi ambición no ha dejado de crecer desde entonces». En realidad, en el manuscrito original de lo que habla el pintor es de ser «cocinera» que es lo que veía en el hogar familiar de Figueres durante su infancia.
Hace unos años el desaparecido editor Jaume Vallcorba acarició la idea de publicar en Acantilado y Quaderns Crema una versión restaurada de las memorias dalinianas, como confesó al autor de este reportaje. Finalmente no pudo materializar ese proyecto. Toca esperar a que la fundación concluya su labor.
Un misterio literario llamado Haakon Chevalier
El nombre de Haakon Chevalier es uno de aquellos que merece ser recuperado dentro de los muchos personajes que integran la vida de Salvador Dalí. No existe mucha información sobre él y, por lo que se sabe, algunos de sus dietarios siguen siendo inéditos. Además de Dalí fue el encargado de las traducciones al inglés de los textos franceses de autores de peso como André Malraux o Louis Aragon.
Pero lo que marcó la biografía de Chevalier fueron sus contactos con J. Robert Oppenheimer, el polémico físico que fue el padre de la bomba atómica. De su amistad con él nació un libro que no fue del agrada del científico. Investigado por actividades antiamericanas, Chevalier finalmente tuvo que huir a Francia muriendo en París en 1985, cuatro años antes que Dalí.
✕
Accede a tu cuenta para comentar