Literatura
El (falso) centenario de «El quadern gris»
Josep Pla fecha en un día como el de hoy de 1908 el inicio de la que está considerada como su obra maestra
Josep Pla fecha en un día como el de hoy de 1908 el inicio de la que está considerada como su obra maestra.
«Com que hi ha tanta grip, han hagut de clausurar la Universitat. D’ençà d’aquest fet, el meu germà i jo vivim a casa, a Palafrugell, amb la família. Som dos estudiants desvagats». De esta manera empieza «El quadern gris», la indiscutible obra maestra de Josep Pla, un dietario que arranca el 8 de marzo de 1908, hoy hace cien años. Otra cosa es si realmente Pla empezó a redactar esas líneas realmente en esa fecha. Porque ahora sabemos, sobre todo tras la publicación del manuscrito primero y de la edición definitiva del texto por Xavier Pla y Narcís Garolera, respectivamente, que el escritor fue trabajando en un texto hasta que finalmente vio la luz en 1966.
«¿Hace cien años? Bueno, no es verdad. En realidad, cuando cerró la universidad de Barcelona por la gripe fue en octubre de 1908», explicó ayer Xavier Pla. Para una de las principales autoridades en el escritor ampurdanés y responsable Càtedra Josep Pla de la Universitat de Girona, se puede decir que «El quadern gris» es «donde se encuentra todo lo que es Josep Pla. No sabemos en qué momento pasa el dietario a ser un proyecto literario. Es un momento mágico que no se puede precisar, pero que hace que “El quadern gris” pase a ser la espina dorsal de su obra».
Por su parte, el escritor y filólogo Jordi Amat sostiene que la aparición del libro en 1966, como volumen inaugural de la mítica obra completa planiana en los volúmenes rojos de Destino, es un acontecimiento que «nos obliga a repensar todo lo que había escrito Pla hasta ese momento. Porque hasta esa fecha, hasta 1966, sí se sabe que es un gran escritor, pero no tiene un título canónico. “El quadern gris” pasa a ser el título con una prosa moderna y contemporánea. A partir de la aparición de ese libro no entendemos la historia de la literatura catalana de la misma manera. Es bestial».
En las páginas de este cuaderno, nos encontramos también con la construcción de una imagen, aunque como matiza Xavier Pla. «él la va rehaciendo. Es el retrato del artista joven y del joven que a él le gustaría ser. También es una historia de superación de todos los obstáculos porque tiene final feliz, convirtiéndose Pla en un licenciado en derecho que entra en el mundo del periodismo». Jordi Amat sostiene que el autor dibuja «un brutal autorretrato y nos explica cómo alguien que viene de fuera, de un pueblo del Empordà, se convierte en un escritor de Prensa. Sabemos que la gente cuando escribe expresa la imagen con la que quiere ser mirado por los otros. Realmente en este caso es secundario que sea sincero, lo que nos interesa es que sea bueno y lo es totalmente en “El quadern gris”».
Y es que ante este libro de Pla nos encontramos con un clásico moderno, un título que sigue siendo hoy en día leído más allá de nuestras fronteras, como lo demuestran las recientes traducciones que ha conocido en inglés y francés.
Cuando el libro vio finalmente la luz en 1966, gracias al empeño de su editor Josep Vergés, el escritor le regaló un ejemplar a su buen amigo Josep Quintà con una larga dedicatoria en la que incluía su primera impresión ante ese volumen. «Tinc el gust de dedicar-vos aquest llibre tan ben presentat i d’aspecte tan bonic. Això no vol pas dir que per mi, aquest llibre no sigui una cosa bastant emprenyadora: representa l’entrada en l’etapa final de la vida. Aquesta etapa durarà més o menys; és igual. Jo he entrat en l’historia del descalabro total i definitiu», escribe Pla con su modestia habitual. Pese a estas palabras, Xavier Pla cree que «El quadern gris» es uno de los hitos de las letras catalanas del siglo XX, junto con «Incerta glòria» de Joan Sales y «La plaça del diamant» de Mercè Rodoreda.
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