Pacientes
«El hecho de interrumpir el embarazo no mejora el pronóstico con cáncer de mama»
Entrevista a Cristina Saura, investigadora principal del Grupo de Cáncer de Mama del Vall d’Hebrón Instituto de Oncología
Entrevista a Cristina Saura, investigadora principal del Grupo de Cáncer de Mama del Vall d’Hebrón Instituto de Oncología.
–¿Cuál es la incidencia del cáncer de mama y en qué proporción afecta a mujeres embarazadas?
– La incidencias el cáncer de mama en referencia a los últimos datos que tenemos, publicados por la Sociedad Española de Oncología Médica, es de cerca de unos 85 mil casos al año en España y, por estadísticas que tenemos a nivel europea, el cáncer de mama en embarazadas afecta entre 2,4 y 7,3 mujeres por cada 100 mil embarazos.
–¿El hecho de estar embarazada aumenta las dificultades a la hora de diagnosticar la enfermedad?
– Sí, esto le hemos visto en nuestro trabajo y se reproduce también en otras series. El hecho de estar embarazada hace que el diagnóstico se produzca en un estadío más avanzado, eso significa con tumores más grandes en muchas ocasiones y con afectación ganglionar hasta en un 60% de los casos. Esto es debido básicamente a dos motivos: el primero es que los profesionales mismos no esperan encontrar un cáncer de mama durante el embarazo, por lo tanto a veces no se realizan las exploraciones adecuadas y, en segundo lugar, porque la mama sufre cambios fisiológicos durante el embarazo que hacen cambiar su textura y, por lo tanto, hace más difícil poder encontrar un cambio en esa mama.
-¿El embarazo condiciona la evolución de la enfermedad?
– Sabemos que no y esto se ha mirado en diferentes series. Sabemos que el pronóstico de tumores agresivos en estas pacientes que se diagnostican en el embarazo no cambia por el hecho de estar embarazada. sino que viene dado por el hecho de ser joven, porque cuando lo comparamos con series de mujeres jóvenes diagnosticadas de cáncer de mama sin embarazo, las características de agresividad son muy similares
–Sin embargo, ¿sí que condiciona el tratamiento a seguir?
– En primer lugar, me gustaría destacar que el tratamiento hay que hacerlo en centros especializados y con un equipo multidisciplinar dedicado específicamente a esto. Para cada paciente hay que diseñar una estrategia de tratamiento personalizada en base a dos factores: el momento del diganóstico en el que se diagnostica el tumor y el momento del embarazo en el que esto ocurre. Teniendo en cuenta estas dos cosas sabemos que el cáncer de mama se puede tratar con cirugía a lo largo de todo el embarazo, pero en cambio sabemos que el tratamiento con quimioterapia solo se puede utilizar a partir del segundo trimestre. Hay otros tratamientos que utilizamos habitualmente para el cáncer de mama, como puede ser la radioterapia y el tratamiento hormonal, que están contraindicados durante el embarazo, y en cuanto a tratamientos nuevos con anticuerpos o moléculas pequeñas, por datos insuficientes en pacientes embarazadas, de momento también se recomienda evitar su uso
– ¿Hay diferencias entre que una mujer se quede embarazada y posteriormente se diagnostique la enfermedad y que se quede embarazada cuando ya tiene la enfermedad diagnosticada?
– Sabemos que después del parto, en el año posterior, hay un pequeño pico de incidencia de aparición de cáncer de mama y de hecho, el cáncer de mama muchas estadísticas lo reportan como el diagnosticado durante el embarazo y el año posterior. De hecho hay una metaanálisis con más de 3 mil pacientes que identifica que las pacientes diagnosticadas en ese momento, en el año posterior al momento del parto, pueden tener un peor pronóstico respecto a las que se diagnostican durante el embarazo.
– ¿Cómo puede afectar el tratamiento al feto?
–Esto se ha estudiado de diferentes maneras. Lo primero que se quiso descartar es que los fetos tuvieran malformaciones y se vio que estos fetos expuestos a una terapia intraútera no tenían un aumento de malformaciones. Después, se miraron otras toxicidades que nos preocupan, como la cardíaca, sin que se vieran alteraciones estructurales ni funcionales del corazón de estos niños. Y otra de las cosas que nos han preocupado es el desarrollo neurológico de los niños expuestos a quimioterapia intraútero y lo que se ha reportado es que estos niños no tienen un peor desarrollo por el hecho de haber estados expuestos a este tratamiento y lo que vemos es lo mismo que en la población general: que cuanto más prematuros son los niños peor puntúan en las escalas de desarrollo neurológico.
– ¿Y las pruebas diagnósticas? ¿Pueden afectar al feto?
- Sabemos que podemos realizar una ecografía abdominal sin problema porque no irradia, podemos realizar también una mamografía con protección abdominal y una radiografía de tórax para ver que el tumor no se haya difuminado al pulmón. Si en alguna paciente hubiera que hacer algún estudio más exhaustivo, se pueden realizar TACs y resonancias magnéticas pero éstas se debería hacer sin contraste.
– ¿La mujer embarazada, de por sí, ya tiene cambios hormonales y alteraciones solo por llevar a un feto dentro. ¿Cómo puede agravar esta situación el tratamiento?
- Las mujeres embarazadas que reciben tratamiento con quimioterapia lo llevan especialmente bien, en muchas ocasiones incluso mejor que las pacientes que no están embarazadas. Por ejemplo, hemos visto que, en contra de los que uno podría esperar, las náuseas y vómitos relacionados con la quimioterapia en las pacientes embarazadas es mucho menor que en la población general.
-¿El tratamiento es igual de efectivo?
- La eficacia de la quimioterapia es la misma y en cuanto a la supervivencia libre de enfermedad y la supervivencia global, no hay diferencias.
-¿La interrupción del embarazo no mejora el pronóstico?
No, el pronóstico viene dado por el momento en que se diagnostica el tumor y por el tipo de tumor pero no va a mejorar en ningún caso por el hecho de interrumpir el embarazo
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