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El Arc del Triomf fue el escenario de la gran fiesta del Primavera Sound
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La excelente relación entre perros y humanos ha sido argumento de miles de historias sorprendentes y, según las últimas experiencias, los beneficios de esta idílica relación parecen tener también sus repercusiones en el tratamiento terapéutico de los niños.

Y prueba de ello es la unidad de intervenciones asistidas con animales del Hospital materno-infantil de Sant Joan de Deu, en Esplugues del Llobregat, pionera en España, que funciona desde hace un año. Se trata de un equipo de siete perros, dos de ellos en fase aún de apredizaje, acompañados por sus respectivos técnicos, los cuales se turnan durante unas veinte horas semanales para colaborar con los profesionales médicos en sus tareas diarias con los niños del centro. «El perro actúa como un elemento facilitador y motivador para alcanzar determinados objetivos al lado de los profesionales», señala Eva Domenec, directora del CETAC (Centre de Terapies ASsistides amb Cans) de Barcelona.

Por su parte, Francis Lozano, coordinador de la unidad en Sant Joan de Deu, asegura que los perros «son una buena herramienta para manejar las emociones que se generan en los niños al estar hospitalizados. Por un lado, el animal logra que el bloqueo y la resistencia de los niños sea menor y así los profesionales puedan trabajar mejor y por el otro, trabajan también como un motivador», explica Lozano. «Se trata de asociar un elemento positivo, como es el perro, con uno negativo, como es el hospital para los niños», añade. En esta línea y a tenor de su experiencia, asegura que «por ejemplo, pinchar a un niño con o sin perro cambia mucho».

Educación y genética

Laica, Danza, Pipa o Blau son algunos de los perros seleccionados para formar parte de la unidad de intervenciones asistidas con animales de Sant Joan de Deu, pero "cualquier perro, excepto los considerados como raza peligrosa, puede ser apto para llevar a cabo este trabajo", según asegura Eva Domenec. "Sólo ha de ser confiable, adecuado, controlable, previsible, fiable, con una obediencia básica y que le guste el trabajo que hace", indica. "Se seleccionan desde muy pequeños y se someten a un proceso de adiestramiento y sociabilización para que acaben convirtiéndose en un perro de terapia", explica la directora de CETAC, quien aclara que "eso no quiere decir que el animal haga terapia". La labor del perro es facilitar al terapeuta su trabajo, en este caso con los niños, a través de trabajar la motivación, autoestima y emociones del paciente.

Además, en este caso concreto, hay que preparar al perro para trabajar en un ambiente muy concreto, como es el hospital, por lo que éste no sólo ha de pasar periódicamente rigurosos controles veterinarios para garantizar la higiene de esta experiencia, sino que además se ha de familiarizar al perro con los olores y una interacción limitada, propios de un hospital. Esa es tarea del técnico, que convive permanentemente con el animal y vela por su bienestar tanto físico como psicológico durante el desempeño de su trabajo, así como por su correcta interacción

En cualquier caso, el animal "sólo podrá desempeñar este trabajo siempre y cuando disfrute realizándolo, el día que no sea así deberá dejar de hacerlo", advierte Domenec.

Esta iniciativa, que se enmarca en el proyecto 'Fem hospital amic' dirigido a humanizar estos centros de manera que se adapten al lenguaje y forma de entender de los niños, ha demostrado ser muy efectiva. "La prueba es que los profesionales solicitan con más frecuencia este servicio y para intervenciones más complicadas", señala Lozano, quien cita como ejemplo que "inicialmente sólo solicitaban a los animales como acompañantes y ahora también requieren su presencia durante suturas".

Es más, el 95% de los padres cuyos hijos han participado en las intervenciones con perros se han mostrado satisfechos con la experiencia, pero pese a todo aún quedan obstáculos por superar. "Hay que vencer un factor cultural que nos mueve a desconfiar de los perros"indica Lozano, aunque según asegura la directora del CETAC, "hasta ahora, el posible miedo de los críos hacia los perros no ha sido un problema insuperable.""Hay casos, pero poco a poco han ido cogiendo confianza e interactuando con ellos", asegura Eva, quien destaca la importante labor que en este sentido desempeña el técnico y la confianza que los padres de los niños tratados han depositado en el centro hospitalario.

El segundo gran obstáculo ha superar es el de la financiación. "Nuestra intención es ampliar esta unidad, pero estamos limitados por tema de financiación", se lamenta Lozano, quien recuerda que ya hay varios centros españoles que se han interesado en la experiencia de la unidad de intervenciones asistidas con animales de Sant Joan de Deu.