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El turismo se levanta contra el Ayuntamiento

La principales asociaciones del sector denuncian la «radicalización» del Consistorio y alertan de sus posibles consecuencias.

Los hoteleros denuncian que el Peuat no resolverá los problemas derivados del turismo.
Los hoteleros denuncian que el Peuat no resolverá los problemas derivados del turismo.larazon

La principales asociaciones del sector denuncian la «radicalización» del Consistorio y alertan de sus posibles consecuencias.

Cinco destacadas entidades barcelonesas vinculadas al turismo y al comercio en el centro de la ciudad -el Gremio de Hoteles, el Consejo de Gremios de Comercio, Servicios y Turismo, el Gremio de Restauración, Comertia y Barcelona Oberta- hicieron ayer público un duro manifiesto en el que critican las «apuestas por la radicalización» del gobierno de Ada Colau respecto al turismo que tendrá como consecuencia una atmósfera de «conflicto permanente y de inseguridad jurídica».

Estas asociaciones denuncian que para impulsar políticas en un sector tan importante para la ciudad, el gobierno municipal opta por fórmulas que, en el mejor de los casos, sólo obtienen el aval de una «justísima» mayoría de los grupos políticos. Las asociaciones consideran que es muy difícil que sobre la base de pactos tan «artificiosos» pueda descansar la gestión responsable, seria e inteligente que exige un fenómeno como el turístico. Además, recuerdan que el turismo es un generador de riqueza sobre otros sectores económicos y que los efectos de la última crisis hubieran sido mucho más graves sin la aportación del turismo.

Consideran que los principales problemas que plantea el turismo en la ciudad, como la presión sobre el espacio público, no se resolverán con el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (Peuat), ya que argumentan que limitar el crecimiento hotelero no frenará la llegada de visitantes, pero sí que repercutirá negativamente en la competitividad de la ciudad.

Alertan de las afectaciones en la convivencia que está produciendo la irrupción «creciente y descontrolada» de los pisos turísticos ilegales, que fomentan la economía sumergida y suponen una brecha en la seguridad, provocan un encarecimiento de los precios de la vivienda y desnaturalizan el comercio de barrio. A su juicio, se debería permitir el crecimiento hotelero «sostenido y sostenible en todas las zonas de la ciudad», como aseguran que hacen todas las capitales turísticas europeas.

En este sentido, lamentan que mientras se hacen estos debates se han quedado por el camino importantes oportunidades para mejorar el posicionamiento internacional de Barcelona, como la llegada de algunas de las principales marcas hoteleras del mundo, y han advertido que a medio y largo plazo se pagarán las consecuencias.

Por ello, piden que se permita el crecimiento hotelero a todas las zonas, porque la no construcción de nuevos hoteles o la no realización de obras de mejoras comportará la pérdida del 20 por ciento de las actuales plazas hoteleras. Por eso, creen que limitar el crecimiento hotelero no frenará la llegada de visitantes, pero sí hará que la ciudad pierda competitividad y han insistido en denunciar los problemas de convivencia que generan los pisos turísticos ilegales.