Interior

Ester Quintana: «Sólo espero que se haga justicia»

El comisario de los Mossos cuestiona la autoría del pelotazo que mutiló el ojo de la víctima y pide que se respete la presunción de inocencia

Ester Quintana a su llegada a los juzgados de Barcelona
Ester Quintana a su llegada a los juzgados de Barcelonalarazon

Mientras los Mossos conmemoraban ayer en el Auditori del Fòrum el Día de las Esquadras, la celebración más importante del cuerpo, una jornada que reconoce las actuaciones policiales más destacadas durante el año, dos de sus compañeros se sentaban en el banquillo de la Audiencia de Barcelona acusados de disparar la pelota de goma que reventó el ojo de una mujer.

Ella, Ester Quintana, ha tenido que esperar casi tres años para llevar a juicio a un subinspector y un escopetero de los Mossos d’Esquadra, los presuntos responsables de efectuar el disparo que recibió cuando terminaba de manifestarse por la huelga general del 14 de noviembre de 2012, entre el Paseo de Gràcia y la Gran Vía.

«Solo espero que se haga justicia, no tengo más expectativas», aseguró ayer Quintana a su entrada en los juzgados. Quizá porque en parte ya las ha cumplido. Su caso causó un gran terremoto dentro de la policía autonómica, que vio cuestionada sus protocolos, el armamento y los dispositivos policiales, hasta el grado de promover una investigación en el Parlament. A su término y con la intervención de Ester Quintana como punto de inflexión, la cámara catalana decidió retirar las pelotas de goma del arsenal armamentístico de los Mossos. También propició la dimisión del entonces director general de la policía catalana, Manel Prat y sacó los colores al departamento de Interior por dar media docena de versiones de lo ocurrido aquel día.

Ahora, la afectada sólo espera que la justicia reconozca lo que durante tiempo fue desmentido por la cúpula del cuerpo y por el entonces conseller de Interior, Felip Puig: que dos agentes de antidisturbios efectuaron el disparo y que ambos, tanto el subinspector que lo ordenó como el mosso que lo efectuó, eran especialistas y conocían el potencial del arma. Por ello, la acusación les pide nueve años de cárcel pero la Fiscalía rebaja la petición a dos años porque atribuye a los agentes un delito de lesiones imprudentes.

Ayer comenzó el juicio, que se prolongará durante tres semanas. En esa primera sesión se visionaron una decena de videos, que mostraron como no había incidentes que propiciasen ninguna actuación policial en la zona y la hora en la que quedó herida Ester. Hoy será el turno de la afectada para declarar como testigo su versión de los hechos.

A pesar de que han pasado tres años del fatídico día, Quintana sigue en tratamiento psicológico y médico: ha pasado ya seis veces por quirófano y lo más seguro es que tenga que volver. Aunque afirma estar bastante recuperada, ayer reconoció que al preparar el juicio «he pasado un bajón importante, no es agradable revivirlo todo».

Paralelamente, el comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep Luís Trapero, aprovechó la fiesta patronal del cuerpo para apelar a la presunción de inocencia de los dos policías que afrontan el juicio y pidió no banalizarla con «juicios mediáticos y las condenas exprés». Por si fuera poco, comparó el caso de Ester Quintana con el caso Wanninkhof, en el que una inocente, Dolores Vázquez, fue condenada. «Es una gran lección profesional. No seré yo quien me escude en conductas corporativistas. Pero hay que vigilar sobre la banalización de la presunción de inocencia», declaró.

Trapero reconoció que «existen pocas dudas» de que el disparo fue efectuado por los Mossos , pero evitó dar más información de los hechos. «No ocultamos nada. No sabemos más», alegó.