Política

Ensayo

IrsiCaixa logra bloquear una de las vías de entrada del virus del Ébola en células humanas

A 4.902 kilómetros del laboratorio, en Congo, la actual epidemia se ha cobrado ya 1.281 vidas

El grupo de Retrovirología y Estudios Clínicos de IrsiCaixa ha encontrado similitudes entre el virus del ébola y el del sida
El grupo de Retrovirología y Estudios Clínicos de IrsiCaixa ha encontrado similitudes entre el virus del ébola y el del sidalarazon

A 4.902 kilómetros del laboratorio, en Congo, la actual epidemia se ha cobrado ya 1.281 vidas

Tras la peor epidemia de ébola de la historia, que entre 2014 y 2016 se cobró la vida de 11.000 personas en varios países del África Occidental, el verano pasado apareció un nuevo brote en el noreste del Congo. No es una enfermedad nueva allí. De hecho, se llama así por un río de este país, donde el virus apareció por primera vez. El Ébola vuelve a avanzar imparable en la República Democrática del Congo, pese a que ahora, los equipos sanitarios cuentan con más recursos, como la vacuna rVSV-ZEBOV, creada por científicos canadienses.

Pero el conflicto político y los ataques al personal sanitario están dificultando frenar el brote. En su forma más peligrosa, el ébola causa una fiebre hemorrágica que provoca sangrados incontrolables y la muerte. Cuesta identificarlo, porque se confunde con la malaria o el sarampión en sus fases iniciales, pero si se diagnostica a tiempo, se puede revertir. El problema es que el diagnóstico está llegando tarde y esto se traduce en un aumento de la tasa de letalidad al 66%. Hace tres años, falleció el 40% de los infectados. La auxiliar de enfermería española, Teresa Romero, fue una de las 17.323 personas infectadas que sobrivió.

A 4.902 kilómetros de este nuevo brote de ébola, en un laboratorio del Instituto de Investigación del Sida, IrsiCaixa, un grupo de investigadores ha logrado desarrollar anticuerpos que bloquean una de las vías de entrada del virus en células humanas. ¿Cómo? Los resultados de su estudio acaban de publicarse en «Nature Microbiology», pero sus autores ofrecen un resumen. Antes de empezar, matizan que el ébola es un enfermedad hemorrágica grave que no dispone de tratamiento y que resulta mortal en un 50% de los casos, aproximadamente. También que se están probando vacunas en una de sus variantes, la especie Zaire del virus. Otras variantes que podrían causar brotes, no están cubiertas por estas estrategias.

En este laboratorio, han descubierto que los filovirus, la familia que engloba a virus como el ébola, comparten con el VIH una de las rutas de entrada a las células mieloides del sistema inmunitario. Con esta información, han diseñado anticuerpos que bloquean totalmente este camino de entrada en células humanas.

El ébola, igual que el VIH, es un virus con una gran variabilidad genética. Para combatirlo, se precisa actuar simultáneamente contra más de una diana. Una de las investigadoras, Nuria Izquierdo-Useros, coautora del artículo, explica que la dificultad de atacar esta enfermedad está en que «no se puede prever qué especie de virus surgirá en cada brote». Por eso, han decidido centrarse en diseñar una terapia contra los receptores virales de la célula, que no cambian. Han empezado por conocer cuáles son los receptores. Y han encontrado uno. La proteína Siglec-1, encargada de iniciar la respuesta de defensa del organismo frente a una infección. Es la misma puerta de entrada que utiliza el VIH y fue descubierta en 2012 por el mismo equipo, el grupo de investigadores, el grupo de Retrovirología y Estudios Clínicos de IrsiCaixa.

Noquear todas las especies

El siguiente paso fue encontrar anticuerpos para bloquear la entrada. Trabajaron con partículas virales sintéticas que imitan al virus pero no infectan, así se pueden manipular. El primer autor del trabajo, Daniel Perez-Zsolt, añade que los antivirus hallados serían útiles frente a todas las especies de virus. Ahora, se probará el anticuerpo con virus reales en modelos animales. Javier Martínez-Picado, líder del grupo de investigación matiza que los anticuerpos podrían utilizarse para prevenir o tratar la enfermedad con otros fármacos, porque el virus tiene otras vías para entrar en las células y aún no están todas identificadas.