Junot Díaz: «Hillary Clinton tendrá un vicepresidente hispano y ganará»

BARCELONA- Para los dominicanos, un «cornudo» es un hombre sexualmente insaciable, que no para de engañar a su mujer. El padre de Junot Díaz era así, y es la inspiración de ««Así es como la pierdes» (Mondadori, Edicions 62 en catalán), su nueva colección de cuentos en que nos presenta a Junior, un hombre que se le da fatal poner cuernos, pero lo hace una y otra vez. El premio Pulitzer con «La maravillosa vida breve de Óscar Wao» regresa a la narrativa breve con nueve historias tan brillantes como aleccionadoras.

–¿Qué le atrajo de sumergirse en la piel de un «cornudo»?

– Me fascina la idea de explorar la masculinidad del hombre caribeño, cuya única opción de intimidad se limita a la cama y convierten ese complejo en un régimen, una forma de someter a la mujer. En realidad, la masculinidad, en sus bases, es igual en todos lados, pero el feminismo sí que es inherente a la tierra y la cultura.

– El narrador es el hombre, pero las mujeres son las que mueven la acción.

– Ellas son los personajes más interesantes, porque son las que tienen que luchar para conseguir algo. Las mujeres dominicanas son fuertes y creativas, porque sino son devoradas. Me interesaba hablar de estas mujeres que han de sobrevivir bajo este régimen masculino. En Santo Domingo, a mis hermanas siempre les decían que no y han acabado por tener éxito. A mí no me decían que no. Para mí, estas mujeres son superheroínas.

– En los cuentos, el que engaña parece que lo pase peor que la engañada

– Hay hombres que no, sociópatas que engañan sin ningún tipo de conciencia, pero me interesaba investigar a un hombre que se le da fatal, que siente remordimientos y culpa, y que encima parece que quiera que le cojan para liberar esa culpa.

– ¿Es Junior su «alter ego»?

– En parte sí, pero hay diferencias. Cuando era joven, yo era terrible, no sabía cómo había gente capaz de tener dos o tres novias. Yo lo pasaba fatal y amigos míos también, pero seguían haciéndolo. Si tanto sufrían, por qué seguían haciéndolo. Eso es algo interesante. Vivo en Nueva Jersey y es el paraíso para los bígamos. Conozco muchísimos casos de hombres que cruzan el puente y tienen dos vidas diferentes.

– ¿Por qué tarda tanto en escribir sus libros?

– No lo sé. Éste me llevó once años, fue un infierno. Los primeros cinco años parecía que las historias fuesen sólo publicidad. Yo quería algo más honesto y profundo. Hay gente que cree que el talento es cuando puedes hacer algo con facilidad, pero no es así. Yo sufro mucho escribiendo, me cuesta.

–¿Para cuándo un presidente hispano en Estados Unidos?

– El voto hispano ha sido esencial en estas elecciones. El odio republicano todavía es inmune a esta obviedad, pero los demócratas no son tontos. Hillary Clinton tendrá un vicepresidente joven e hispano y ganará.