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La CUP también se descuelga de la cumbre de partidos impulsada por Torra

La oposición carga las tintas contra un president abatido y desubicado en una tensa sesión del Parlament.

El president, Quim Torra, con gesto contrariado ayer en la sesión plenaria del Parlament tras un tenso rifirrafe con la oposición
El president, Quim Torra, con gesto contrariado ayer en la sesión plenaria del Parlament tras un tenso rifirrafe con la oposiciónlarazon

La oposición carga las tintas contra un president abatido y desubicado en una tensa sesión del Parlament.

El contexto político ha desbordado a Quim Torra. El president, que ha aterrizado en el Palau de la Generalitat con un escenario muy desfavorable para poner en marcha un proyecto propio y dejar su impronta en la Historia, está acumulando revés tras revés. El último, de menor calado, ha sido el rechazo de la CUP a incorporarse a su cumbre del 16 de noviembre, en la que pretendía impulsar una mesa de diálogo entre partidos. «No nos sentaremos el 16 de noviembre en una mesa que lo que entendemos que pretende es cerrar por arriba lo que hemos abierto por abajo», afirmó ayer la diputada Natàlia Sánchez. Con la ausencia de la CUP, se descuelgan ya tres partidos, ya que el PP y C's ya habían expresado su negativa a participar. Solo acudirán PSC, «comunes», ERC y JxCat.

El «no» de la CUP, en todo caso, ahonda un poco más en las diferencias, por ahora, insalvables entre la formación anticapitalista y el Govern. El otro «no» de los cuperos, todavía más sustancial, es a la negociación de los presupuestos, ya que exigen medidas nítidamente rupturistas –algo que el actual Govern no está dispuesto a ceder con los juicios a la vuelta de la esquina– e intuyen, al amparo de los contactos que han ido manteniendo durante los últimos días, que las cuentas no le satisfarán.

Ahora, las cuentas de la Generalitat, quedan a merced de los «comunes», su único socio posible, pero estos están poniendo muy cuesta arriba cualquier apoyo ya que lo vinculan a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, donde son trascendentales los votos de los partidos independentistas. Torra, que ya el viernes puso el grito en el cielo contra las acusaciones de la Fiscalia a los políticos procesados y aseveró que el independentismo no apoyaría los PGE, ayer añadió todavía más: «El independentismo retira cualquier apoyo al Gobierno». Una afirmación que desmentía a su propia portavoz, Elsa Artadi, que 24 horas había afirmado que PDeCat y ERC no apoyarían los PGE, pero sí estaban dispuestos a prestar sus votos a determinadas medidas sociales de Sánchez, como el Salario Mínimo Interprofesional. Una contradicción que refleja con mayor claridad la falta de rumbo claro del president, muy sujeto también a las directrices de Puigdemont desde Waterloo, y superado por la agitación y exigencias de la calle y las guerras intestinas que afloran constantemente entre JxCat y ERC.

En esta tesitura, el president se tuvo también que enfrentar ayer a una oposición contundente en la sesión plenaria. Torra compareció ayer en el Parlament a petición propia para abordar los «último eventos de la actualidad política y jurídica»: es decir, la acusación de la Fiscalía y, tangencialmente, la sentencia favorable a Arnaldo Otegi del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y la marcha atrás del Tribunal Supremo con el impuesto de las hipotecas, elementos que le bastaron para desacreditar nuevamente la democracia española. Tras las intervenciones de los grupos de la oposición, Torra delegó su turno de réplica en el vicepresidente, Pere Aragonès, una maniobra nada ortodoxa y que le valió críticas de los partidos constitucionalistas. «No tiene respuestas», aseguró la líder de C's, Inés Arrimadas. «Dimita porque aquí la única vía que está agotada es la suya», reiteró el futuro presidente del PP catalán, Alejandro Fernández. Si bien, el intercambio de reproches más punzante llegó con el líder del PSC, Miquel Iceta, con quien, más allá de las diferencias políticas, había demostrado cierta sintonía personal. Sin embargo, toda esa cordialidad se terminó ayer cuando Torra tildó a Iceta de «cínico» después de que le reclamase que cediese la presidencia de la Generalitat a la ministra Meritxell Batet a cuenta de una discusión sobre las pagas a los funcionarios.

El president intensificará la acción exterior

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, explicó que se dirigirá, junto al conseller de Acción Exterior, Ernest Maragall, a los representantes de los países de la Unión Europea para explicarles la situación política de Catalunya y ha pedido «preparar el camino de la mediación». «Incrementaremos nuestra acción exterior en Europa y Estados Unidos» para explicar la situación del soberanismo y hacerles llegar sus reivindicaciones, añadió. Torra aseguró que su propuesta «será siempre el diálogo y la democracia, que el futuro se decida con los votos y que leyes que hace 40 años que duran no puedan encarcelar al pueblo ni a sus dirigentes».