Barcelona
Llinars quiere recuperar a Gaudí
barcelona- En los primeros años del siglo XX, el empresario Damià Mateu quiso hacerle un regalo a su esposa. Quería que tuviera un edificio en el que pudiera estar con sus amigas, además de dedicarse a sus quehaceres cotidianos. Este debía ocupar uno de los extremos de la finca de veraneo que los Mateu tenían en Llinars del Vallès (Barcelona) y para ello se buscó a algún arquitecto modernista para llevar a cabo el proyecto. Era el año 1906 y el encargo fue para Antoni Gaudí y su ayudante Francesc Berenguer. Mateu conocía bien a Gaudí por ser miembro de la junta del patronato constructor del templo de la Sagrada Familia. El resultado final fue una obra en la que aparecen algunos de los elementos que definen la producción del primer Gaudí y que posteriormente repetiría en otras obras. Destacaba especialmente un soprendente torreón y una serie de rejas en las que se nota la mano del genio modernista.
Pero la vivienda, conocida como La Miranda fue sorprendentemente derribada en los años 60 gracias a la especulación urbanística. Había sobrevivido a una explosión durante la Guerra Civil, pero no a las pocas ganas de modernidad de los nuevos jerarcas del régimen. Hoy ese espacio está ocupado por un bloque de pisos, sobreviviendo unos escasos elementos del trabajo original de Gaudí y Berenguer.
Nuevo impulso
Desde hace unos años, una entidad privada, la Fundació la Nova Miranda, trata de reconstruir esa obra, proyecto que recientemente ha tomado un nuevo impulso gracias a una propuesta firmada por el arquitecto Xavier Vancells. Ya en 1996 se intentó, con el apoyo de la Cátedra Gaudí y de Joan Bassegoda, su máximo responsable entonces, llevar a cabo la recuperación. La propuesta volvió a intentarse de nuevo en 2002, pero otra vez sin éxito.
La nueva Miranda estará a no mucha distancia de la de 1946, en unos terrenos cercanos a la riera, con el objetivo de lograr la máxima visibilidad tanto desde el centro del pueblo como de su entorno. Se busca que el espacio sea polivalente y quede abierto a todo el mundo, con unos usos que todavía está analizando el patronato de la fundación que lleva el nombre de la iniciativa de sus habitantes. Lo que por ahora parece más claro es que acogería la Escuela Gaudí de Mediación y Bienestar.
La presidenta de la Fundació la Nova Miranda, Maria Mercè Bachs i Folch, aseguró a La RAZÓN que de la construcción original «solamente nos queda el recuerdo en Llinars, pero hay elementos que todavía se pueden rescatar para las rejas que fueron trasladadas a Barcelona, reinstaladas en el Park Güell, al final de la calle Sant Josep de la Muntanya. Otras acabaron en poder de la colección del museo de arquitectura de la Cátedra Gaudí, que las ha dejado en numerosas ocasiones a exposiciones dedicadas al arquitecto modernista.
Para hacer realidad el sueño de Llinars del Vallès hace falta dinero. El proyecto de Xavier Vancells, que ocuparía unos 460 metros cuadrados, está presupuestado en 434.938€euros. «Este es un proyecto social y cultural, pero no tenemos dinero. Estamos tratando de encontrar mecenas que nos quieran ayudar», apuntó Bachs.
Por ahora tratan de lograr esa financiación con pequeñas iniciativas, como, por ejemplo, la venta de un armario modernista de Joan Busquets, una pieza que está valorada en unos 10.000 euros. Es un pequeño paso que busca «la total recuperación del edificio. En los primeros proyectos, solamente se apuntaba el poder reconstruir la torre. Ahora sería reedificar todo el conjunto».
Con los años se ha hablado mucho sobre el grado de especulación de Gaudí en La Miranda, hasta el punto que hay quien ha sostenido que el autor de la Casa Milà prácticamente no intervino. Sin embargo existen varios testimonios que acreditan la presencia de Gaudí. El nieto del contratista Josep Font Serra relató en numerosas veces que su abuelo iba a la estación de Llinars del Vallès a esperar al arquitecto para conocer de primera mano el curso de las obras del edificio hoy inexistente.
En diálogo con otros edificios del maestro
La Miranda puede ser comparada con otros trabajos de Antoni Gaudí, en lo que parece un diálogo que solamente quedó interrumpido con la demolición del inmueble de Llinars del Vallès. La Miranda está unida al Palau Güell de Pedralbes y las Bodegas Güell del Garraf, en el uso del ladrillo combinado con piedra, además de tener una misma morfología de las oberturas y relieves. Hay detalles de este edificio que son visibles en edificios gaudinianos, como el relieve que se encuentra sobre la puerta de la primera planta que sigue la línea de los de la parte superior de la Casa Vicens (en la imagen). En La Miranda también aparecía el habitual «trencadís» de Gaudí en una cúpula, hoy inexistente.
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