Conflictos laborales
Los trabajadores del Trambesòs piden más presencia policial por la noche
Una agresión a mediados del pasado mes a dos vigilantes de seguridad del Trambesòs parece haber colmado la paciencia de los trabajadores de esta línea, ya que llueve sobre mojado. Los incidentes, a menudo violentos, protagonizados por usuarios ebrios en horario nocturno son un problema que se arrastra desde hace años, denuncia UGT.
El sindicato pide más presencia policial en los momentos más críticos, las madrugadas y las noches de los fines de semana. «No nos quejamos sólo de falta de seguridad, sino también de falta de actuación policial», explica a LA RAZÓN la secretaria del comité de empresa, Mari Santos.
El sindicato critica «la falta de seguridad de la plantilla y de los usuarios del Trambesòs en su paso por los barrios más conflictivos», como por ejemplo el de Gorg, en Badalona, y muy especialmente la parada en Sant Adrià, de la línea T4, que está al lado de la estación de Renfe, donde se produjo la última agresión. El citado incidente no es, ni mucho menos, un caso aislado, ni en este verano ni en ninguno de los anteriores.
La parada de Sant Adrià está al lado de una zona que en verano se llena de chiringuitos y de jóvenes practicando el botellón. «Los problemas siempre ocurren los fines de semana», dice Santos. «Los usuarios conflictivos vienen de esta zona de ocio y se suben a los tranvías bebiendo y fumando porros, como mínimo», denuncia. Son habituales las peleas, las molestias a viajeros que vienen o van al trabajo y los insultos a los conductores, que en algunos casos derivan en agresiones. «Estamos hartos de jóvenes ebrios, drogados, y es un fin de semana tras otro», se queja.
Los trabajadores del Trambesòs se quejaron en 2011 por los mismos motivos. Tras numerosos incidentes, incluyendo una paliza a un conductor, la empresa Tram reforzó la seguridad. El dispositivo, que se ha mantenido igual hasta ahora, es de cinco o seis vigilantes con perros, de lunes a jueves, que van patrullando por los recorridos de las líneas 4,5 y 6. En los fines de semana de verano se incorporan más guardias.
Ahora los empleados piden más presencia policial, además del citado dispositivo de seguridad. «No nos conformamos en que les hagan controles de alcoholemia en la zona del botellón», señala Santos. «La última agresión ocurrió sobre las 6.00 horas, avisamos a los Mossos y a la Guardia Urbana, pero los primeros tardaron 80 minutos en llegar, y los segundos nos dijeron que estaban en otra pelea, así que creemos que su dispositivo no funciona», denuncia. Los trabajadores insistirán en que se refuerce la presencia policial en los barrios conflictivos.
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