Margallo defiende el careo que mantuvo con Junqueras pese a hacerlo «en desventaja»

El ministro de Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, defendió ayer su decisión de debatir con el presidente de ERC, Oriol Junqueras, porque fue aprovechar «una grieta» en lo que llamó «un muro de silencio» en los medios de comunicación en Cataluña. Según dijo, sabía que iba allí a que le diesen «guantazos» y que iba a estar «en desventaja absoluta», pero cree que su obligación era ir porque en Cataluña «hay mucha gente que está angustiada y la obligación de un Gobierno es dar seguridad».

«Los españoles que ven amenazado su derecho a ser europeos se merecen que corras algún riesgo», defendió, antes de tirar de ironía: «Yo no soy Manolete pero tampoco quiero ser el bombero torero».

Relató, además, que desde que ocupa ese puesto todos los viernes se ha reunido un grupo que analizaba lo que sucedía en Cataluña y que ha preparado un argumentario, que es el que utilizan todas las embajadas y consulados «para contrarrestar el relato independentista, porque esta batalla se juega fuera». Y explicó, además, que durante la presidencia española del Consejo de Seguridad de la ONU se logró, aunque costó «muchas horas», que todos los países firmasen una declaración que establece que siempre rige el principio de integridad territorial, salvo en los casos de colonias o de territorios ocupados militarmente.