Andalucía

Mas desvela que ya negocia el nuevo modelo de financiación con el Gobierno

Replica al PP catalán que se entiende mejor con los ministros que con él

Mas, Ortega y Homs escuchan las explicaciones del conseller de Economía, Andreu Mas-Colell
Mas, Ortega y Homs escuchan las explicaciones del conseller de Economía, Andreu Mas-Colelllarazon

barcelona- En su último libro, «Clar i català», editado por RBA, José Montilla admite que la negociación del actual modelo de financiación fue un infierno. Reconoce que «se produjo un desgaste brutal, absolutamente innecesario» y que el acuerdo se cerró tarde, cuando la recesión empezaba ya a hacer estragos. Cuatro años después, toca por ley revisar el modelo que pactaron Montilla y José Luis Rodríguez Zapatero. Aunque Artur Mas aparcó hace tiempo el pacto fiscal para centrarse en la celebración de la consulta soberanista, ayer, admitió que está negociando con el Gobierno el nuevo modelo de financiación.

El sistema vigente caduca a finales de año y suficientes penurias sufren las finanzas de la Generalitat como para tener que prorrogar el actual modelo pudiendo disponer de uno mejor a partir de 2014.

Negociación discreta

Además, el Gobierno del PP está por la labor de mejorar la financiación de Cataluña. El mismo Mariano Rajoy, durante la última campaña electoral a la Presidencia del Gobierno, se comprometió a mejorar el modelo de financiación catalán.

Hará dos años, el proyecto estrella de Mas todavía era el pacto fiscal y la consulta soberanista una quimera. Pero ya entonces, el PP catalán trabajaba con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en un modelo singular, asimétrico y con una solidaridad limitada y finalista. Sin embargo, ahora, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, teme que cuando presenten su propuesta, algunos barones del PP torpedeen su modelo.

Mas, que no quiere sufrir ni una décima parte de lo que sufrió Montilla negociando el nuevo modelo, sospecha que a la ofensiva de los barones del PP se sumarán los barones del PSOE. Para evitar una nueva rebelión contra Cataluña, el president de la Generalitat aprovechó ayer la sesión del control en el Parlament para pedir ayuda al primer secretario del PSC. Reclamó a Pere Navarro que interceda para que la nueva financiación no se haga a medida de los intereses de Andalucía. Mas advirtió de que José Antonio Griñán tiene unos intereses «opuestos» a Cataluña. Se mostró conciliador con el PSC, que apenas hace dos semanas condicionaba su apoyo al gobierno de CiU a cambio de aparcar el debate soberanista y centrarse en asuntos más urgentes como la negociación de una nueva financiación.

En cambio, se mostró hosco con el PP que supo encontrarle las cosquillas. Sánchez-Camacho apremió a Mas a «recuperar el "seny"–juicio–», tras acusar al gobierno catalán de estar paralizado. Pero lo que irritó a Mas fue que hiciera broma con la metáfora utilizó en su mensaje de Sant Jordi. La popular dijo que si Cataluña es una rosa, «el gobierno son sus espinas». A lo que el president replicó que el PP se ha especializado en la bronca y que CiU tiene mejor relación con «algunos ministros» que con el PP catalán.

Sánchez-Camacho, que ha intercedido para que la relación entre ambos gobierno sea cordial, avanzó que el próximo 10 de mayo, Montoro viajará a Cataluña para avanzar en el debate sobre la financiación.

No hay dinero para la banca pública catalana

Artur Mas admitió, durante la sesión de control en el Parlament, que, hoy por hoy, su gobierno no tiene dinero para crear el banco público catalán que CiU y ERC pactaron en el acuerdo de legislatura. Mas respondió al presidente de ERC, Oriol Junqueras, que le apremió para que transforme el Instituto Catalán de Finanzas (ICF) en una banca pública, que «para hacer un banco público se necesita capital y en estos momentos, con la situación de las finanzas de la Generalitat, este dinero no se puede poner inmediatamente». Mas reconoció que con unas finanzas mejor saneadas podría haber asumido CatalunyaCaixa.