Cataluña
Monas muy monas
Los pasteleros de Barcelona prevén vender 470.000 pasteles
En un bol mezclamos 500 gramos de harina, 75 de azúcar, 50 de mantequilla, tres huevos, una pizca de sal, la ralladura de un limón y 50 gramos de levadura. Poco a poco vamos añadiendo leche, hasta tener una masa homogénea que no se nos pegue en las manos. Así se hace la mona de Pascua más sencilla. La que se comía para celebrar el fin de la Cuaresma. Pero aunque cada vez son menos los que cumplen con el periodo de abstinencia, las monas en Cataluña han evolucionado tanto que los aparadores de las pastelerías muestran piezas dignas de estar en un museo.
Tan impresionantes son que hay quien puede pensar que el nombre de mona vendría del mono, pero por muy graciosas que sean las piezas, la mona proviene del árabe «muna», que quiere decir obsequio. En Semon, por ejemplo, Pedro Robles cuenta que han vendido tres Minions elaborados con 50 kilos de chocolate. «Uno ha viajado incluso a París», explica. Resulta que un francés pasó por delante de la pastelería y quedó impresionado con la obra de chocolate. Entró para interesarse por ella y le contaron que en Cataluña es tradición que la madrina regale la palma a su ahijado y el padrino, una mona el lunes de Pascua. Al francés le gustó y cargó la mona en su coche para llevársela a París.
Además de los Mininos, «este año han triunfado los personajes de la Guerra de las Galaxias o la Patrulla Canina», señala Robles. Aunque entre tanta virguería de chocolate, siguen teniendo salida los huevos de chocolate. En Semon han sido un éxito una variedad de colores, muy primaveral, y el clásico roscón, el de los 500 gramos de harina, 75 de azúcar ... El Gremio de Pastelería de Barcelona prevé vender 470.000 monas. Sobre todo, entre ayer y hoy.
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