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«Nunca como ahora la vida del hombre se ha parecido tanto a estar muerto, somos autómatas»

Antonio Fornés, filósofo y divulgador, acaba de publicar su tercer libro, «Viaje a la sabiduría. Historias filosóficas con moraleja», en el que de nuevo hace hincapié en la necesidad de buscar un sentido a la vida en nuestro interio

Antonio Fornés, filósofo y divulgador
Antonio Fornés, filósofo y divulgadorlarazon

Antonio Fornés, filósofo y divulgador, acaba de publicar su tercer libro, «Viaje a la sabiduría. Historias filosóficas con moraleja», en el que de nuevo hace hincapié en la necesidad de buscar un sentido a la vida en nuestro interio

Acaba de publicar su tercer libro, «Viaje a la sabiduría. Historias filosóficas con moraleja», en el que de nuevo hace hincapié en la necesidad de buscar un sentido a la vida en nuestro interior en una sociedad en lo que parece que lo único importante es lo medible y lo material

-¿Cómo ha de ser ese viaje a la sabiduría? ¿Cuál es el destino? ¿Qué considera usted sabiduría?

-Creo que todos tenemos que hacer un viaje a la sabiduría, porque la sabiduría, la filosofía y el conocimiento es algo transformador y salvador, algo imprescindible para el ser humano, es el crecimiento personal. En el libro hago incidencia en que en realidad es el camino de las preguntas, no de las respuestas. Vivimos en un mundo en el que todo el mundo habla, «discursea», cuando en realidad el conocimiento está en las preguntas, en el caminar en post de las respuestas sabiendo que el camino es eterno,

-El libro se compone de textos breves dedicados a un gran pensador o un tema de la filosofía. ¿Por qué? ¿Necesitamos un acompañamiento para llegar a esa sabiduría?

-El libro nace de un programa de radio en el cual se plantea un juego: se plantea un nombre cualquiera y a partir de ahí yo elaboro un texto filosófico y la elección del personaje va un poco a remolque del tema o el que mejor se pueda adaptar a la cuestión, demostrando que nada es ajeno a la filosofía, porque la filosofía es la vida del hombre. Y sin duda necesitamos un acompañamiento para llegar a esa sabiduría. Vivimos en una sociedad del «yo creo», en el sentido que todo el mundo parece tener opinión de todo, habiéndole dedicado entre 30 segundo y un minuto a pensar en ello, porque vivimos en un mundo muy ideologizado. Y lo que yo pretendo es que la gente dé un paso atrás y piense. Somos enanos a lomos de gigantes; si vemos un poco más que lo que veían Sócrates o Platón no es que seamos más altos, los gigantes eran ellos, lo que pasa es que nosotros hemos tenido la suerte de podernos subir a sus hombros y desde ahí podemos ver un poquito mejor. Debemos dejarnos acompañar por alguien que sabe. La filosofía es para mí la auténtica autoayuda. Aunque no da respuestas sencillas, porque no las hay, transforma al individuo; le permite ver el mundo desde una altura más elevada.

-¿Hay que reaprender a pensar o parar y dedicar un tiempo a estar con uno mismo a conocerse?

-Son cosas complementarias. El primer paso que necesitamos para pensar es dejar de hacer. Vivimos en una sociedad tecnológica, en la que solo se nos mide por lo que hacemos y valoramos todo por la acción. Nos pasamos el día haciendo cosas y eso nos convierte en un engranaje, en un aparatito más de la máquina perfectamente sustituible por otro. Realmente no somos sustituibles por nadie cuando dejamos de hacer y pensamos sobre nuestra vida, sobre nosotros mismos, porque eso es algo que solo puede hacer uno mismo. Mi consejo es que nos dejemos acompañar por los grandes entre los grandes. Se tiene la impresión de que la filosofía es una asignatura, pero en realidad atañe a todas las personas. Todos debemos filosofar, cada uno a su nivel Las preguntas sobre qué hago aquí, qué hago con mi vida, qué sentido tiene mi vida atañen a todos. Una vida sin estas preguntas no vale nada

-¿Cómo hemos llegado a este punto? ¿Por qué el ser humano huye de sí mismo?

-Es la modernidad, que es profundamente deshumanizadora porque se ha convertido al hombre en un ser productor, en un adolescente perpetuo. Como al final solo se nos mide por nuestra capacidad de hacer cosas y ello está ligado a la necesidad de consumo continuo, se nos reduce a la adolescencia, en el sentido que todo ha de ser inmediato, todo ha de ser superficial, todo es «yo, quiero, ahora»; se nos niega la profundidad de la vida. En realidad, todo hombre busca quien le esclavice, quien tome decisiones por él, quien asuma la responsabilidad... Este mundo de aparente libertad, es un mundo sin ninguna libertad, en el cual el que pretende vivir tomando sus decisiones es un inadaptado, está mal visto. Nuestra actualidad se ha esforzado en borrar el humanismo. El siglo XXI confunde la tecnología con el conocimiento. Nunca como ahora la vida del hombre se ha parecido tanto a estar muerto, somos puros autómatas. Esta visión superficial de todo, esta necesidad continua de inputs hace que vivíamos en la vida del aburrimiento absoluto. Eso demuestra que hay un vacío existencial y necesitamos estar entretenidos para aislarnos de nuestra realidad.

-En el siglo XXI, que es cuando más libres nos creemos, ¿es sin embargo cuando menos libres somos?

-El hombre en esencia es libre y, sin embargo, continuamente reclamamos la libertad fuera. Por un parte, esa es la grandeza del ser humano, pero por otra, es parte de su castigo: ejercer la libertad real es decidir que todas mis decisiones sean mías y que la responsabilidad sobre esas decisiones también sea mía. Al ser humano no le gusta esa libertad, prefiere la libertad externa, que es reivindicaciones que oculten la verdad.

-¿Cómo valora el debate en torno a la inclusión de la signatura de filosofía en el currículum escolar?

-Lo que me asombra es que se haya quitado. La filosofía una de las cosas que nos recuerda es que lo importante no sirve para nada. Y el mundo da la espalda a la filosofía y al humanismo porque, en un momento en el que todo ha de servir para algo, estas cosas aparentemente no sirven para nada. De lo que no se da cuenta la gente es que esas cosas que aparentemente no sirven para nada son las que realmente sirven, porque son las plenamente humanas. Lo humano no es hacer coches, por ejemplo, sino el pensar qué sentido tiene este instante del que gozo.

Nuevo libro

El filósofo Antonio Fornés propone un «Viaje a la sabiduría» en su nuevo libro, compuesto de las «historias filosóficas con moraleja» que pasan del programa «Viaje al centro de la noche» de Radio Nacional al papel