Cs genera dudas

Su riesgo se centra en la credibilidad de su proclama. Su historia evidencia flancos de lo contrario

Ciudadanos (Cs) ha afrontado de inmediato uno de los principales problemas que se le presentaban de cara a las elecciones del 28 de abril, en la que tantas complacencias tiene puestas: el interés del PP de trasladar a la sociedad que el voto a Albert Rivera puede acabar apoyando a Pedro Sánchez para la Presidencia del Gobierno.

Dicho y hecho. El mismo lunes, desde Cs se apresuraron a divulgar «urbi et orbi» que no pactarán con el PSOE ni con Sánchez. Su riesgo se centra ahora en la credibilidad de su proclama. Su historia evidencia flancos de lo contrario. ¿Servirá la excusa para un acuerdo con el socialismo «lo hacemos para que no gobierne Podemos?». Es probable.

No cabe duda, eso sí, de que Rivera y sus colaboradores han leído con antelación el argumento con el que los populares intentarán frenar la subida que las encuestas les otorgan. Y aciertan porque se adelantan con ello a las baterías preparadas desde el comité de campaña de la calle Génova y hacen bueno aquello «prevenir es mejor que remediar». Por el contrario, harían bien en tener en cuenta la tradicional sombra que ha cubierto hasta ahora sus expectativas electorales, siempre superiores a los resultados reales

En cualquier caso, es muy posible que hasta el final planee sobre Ciudadanos la duda respecto a su decisión final. Como he dicho alguna vez, Rivera tiene el dilema de que su corazón deriva a babor, mientras que sus votos provienen de estribor, dicho en términos náuticos. Léase izquierda y derecha, respectivamente. ¿Volverá a repetirse la historia? El tiempo lo dirá. Así es la vida.