Destetar por fuerza mayor, un caso real

“No quería dejar de amamantar por someterme a una intervención. Ni mi bebé ni yo estábamos preparados”

No me rendí cuando me sugerían con 14 meses que mi bebé ya había tomado suficiente leche materna. Él quería continuar y lo decía a voces.

Me sometí a una intervención para esclerosar un quiste renal. El tratamiento está dirigido a eliminar el quiste a través de agentes esclerosantes (etanol más betadine) inyectado dentro de la cavidad. Un procedimiento de mínima invasión que en mi caso tenía una contraindicación. Soy madre lactante de un precioso bebé de 14 meses

La anestesia no suponía problema para continuar lactando, la contrariedad estaba con el betadine. En la página web de lactancia y medicamentos e-lactancia.org (no sé qué haríamos sin ella las madres lactantes) me informé de que es un riesgo para la lactancia. En ella podemos leer: «El yodo se concentra en la leche materna y alcanza niveles 20 veces superiores a los sanguíneos». Debía suspender la lactancia durante 1 o 2 semanas o bien hasta que la concentración en yodo en leche materna bajara a niveles normales (100-200 microgramos/l) o estos fuesen normales en orina (>300 microgramos/l)

¡Qué horror! Estaba dispuesta a asumirlo, pero ¿cómo hacerlo comprender al bebé? Puede que al leer esto opinéis que 14 meses de lactancia son suficientes, sin embargo yo no deseaba que el destete fuese así. Quería que mi pequeño decidiera cuándo y no manifiestaba señales de querer hacerlo. La lactancia era un lazo que no deseaba desatar, una decisión para la que no estábamos preparados.

Se me planteaba un conflicto emocional que no sabía manejar. Me sentía frustrada y las emociones me rebasaban. Necesitaba ayuda, y la encontré en el sistema sanitario que cuenta con profesionales comprometidos con la lactancia prestando ayuda y apoyo a las madres que deseamos lactar.

Me sometí a la intervención y tuve que estar 24 horas sin amamantar. No fue fácil pero juntos lo superamos. El problema es que fue necesario inyectar betanide en dos periodos más, lo cual suponía otras 24 horas sin poder amamantar

Ante mi desesperación en la tercera intervención, se solicitó yodo en orina, una prueba que no se realiza en el sistema sanitario público. Suerte que me atendieron grandes profesionales. La muestra se debía enviar a un laboratorio externo y los resultados además iban a demorarse de 10 a 15 días. A pesar de la incertidumbre, continuamos con la lactancia.

El día que llegaron los resultados, me tembló todo el cuerpo. En orina tenia valores muy altos de yodo, (8212,4 mcg/24h valores referencia 25-450 mcg/24h). Mi preocupación en estos momentos se centraba en el riesgo que esto suponía.

Estaba muy preocupada, pero no me rendí. Contaba con el asesoramiento del pediatra y la enfermera de pediatría que me atienden en el centro de salud y a través de ellos tuve la suerte de contactar con Leo Landa, pediatra que forma parte del equipo que trabaja en e-lactancia.org

Su recomendación fue clara, debía suspender la lactancia dos semanas, hasta que los valores llegaran a niveles normales. Me aconsejó realizar el mismo análisis de yodo en leche.

Con 14 meses el bebé ya no depende de la leche de la madre y con valores tan altos de yodo en orina, si estos fuesen también en leche materna, podrían afectar al sistema tiroideo del bebé y producir problemas a largo plazo impredecibles de prever.

Pero mi pediatra y enfermera tampoco se rindieron. Se pudieron en contacto con el laboratorio del Hospital Doctor Peset y se investigó la posibilidad de analizar el yodo en leche materna. Me di cuenta que si para mí era importante continuar con la lactancia materna, había un equipo de profesionales dispuestoa hacer todo lo posible para ayudarme. Así que el 21 de noviembre dejé una muestra de leche en el laboratorio para que se analizara.

Después de dejarla fui a la consulta de radiología donde me realizaron la intervención para comentar resultados de yoduros en orina y mi preocupación con yoduros en leche materna. La médico que me había atendido me aseguró que cuando realizó la intervención vio que la cavidad del quiste renal era estanca, que nada o cuanto apenas pasaba a sangre y que todo se eliminaba por riñón, motivo por el cual, 48 horas después de la última intervención, en orina aparecían valores tan elevados de yoduros. Ella seguía reafirmando que esperar 24 horas pos intervención sin lactar era suficiente. Entonces me quedé mucho más tranquila y decidí reiniciar la lactancia sin sentirse culpable.

Aplazar la lactancia dos semanas sabía que iba a ser muy duro para los dos, 48 horas sin dar de mamar fueron suficientes para que la relación se enrareciera. En una relación mamá-bebe, donde mamá es teta y teta es mamá. Es muy complicado, para dormir mi niño sólo quiere teta, ¿cómo cortarlo de raíz ? Suspender la lactancia de manera tan tajante hizo que no pudiéramos dormir juntos. Siempre que estaba con él me pedía teta. Solo podía distraerlo y darle otras cosas de comer. Era un ambiente raro. Con 14 meses el bebé ya sabía que pasaba algo, a las 48 horas dejó de llamar a la teta, me miraba con tristeza y con los ojitos preguntaba qué pasaba y qué había hecho mal. Fueron días muy tristes pero gracias a excelentes profesionales y a la confianza que me dieron, hoy continuamos con la lactancia. El 5 de diciembre llegaron los resultados de yoduros en leche materna (55 mcg/l siendo entre 100-200 mcg/l valores normales máximos.)

Deseo dar un profundo agradecimiento a los profesionales que hacen posible que madres como yo sigamos lactando, para que seamos nosotras y nuestros bebés quienes decidamos continuar con la lactancia, que decidir el destete no dependa de factores externos.

Mi más cariñoso agradecimiento a todos los profesionales del Hospital Doctor Peset, al Centro Fuente San Luis y al grupo de profesionales que apoyan la lactancia materna desde e-latancia.org. Muchas gracias a todos por vuestra labor, las madres lactantes os necesitamos.

Pueden enviar sus preguntas a consultalactancia@larazon.es