Corrupción política
El asesor uruguayo de Zaplana desveló que éste tenía ocho millones, y tierras en Panamá
Fernando Washington Belhot le recomendó transferir el dinero de Luxemburgo a Uruguay por su «secreto bancario»
El abogado uruguayo Fernando Washington Belhot gestionó 7.955.000 euros de la empresa Imison cuya titularidad correspondía a Joaquín Barceló, pero que realmente era propiedad de Eduardo Zaplana, según él mismo le reconoció.
Siempre según el relato de Belhot que declaró mediante videoconferencia en enero de 2019, conoció a Zaplana en 2009 y éste le convocó a una reunión con Joaquín Barceló y Francisco Grau en la que los tres le piden su opinión sobre la estructuración societaria en España y en Luxemburgo, a cuenta de una empresa de Barceló en este último país.
Belhot, que poco después supo que la empresa era realmente de Zaplana, como el expresidente mismo le reconoció, les aconsejó que «la jurisdicción de Uruguay era más barata y adecuada, por el convenio de doble imposición, de protección económica, etcétera, y que en el orden interno, Uruguay tenía un secreto bancario muy fuerte... y dado que la evasión fiscal en Uruguay no era delito, consideraba su estructura como más adecuada que la luxemburguesa».
Belhot comenzó a actuar como «fiduciario» de Zaplana, y en menor medida, también de Barceló y Grau que tenían un mínimo porcentaje, según el sumario de la causa cuyo secreto se volvió a levantar parcialmente ayer.
Según la declaración del asesor uruguayo, «Barceló era el testaferro de Zaplana y jugaba un papel importante su admiración por éste y no estaba cualificado para tomar las decisiones que aquél le había otorgado, y por eso se apoyaba en Grau que era asesor fiscal de Zaplana».
La declaración de Belhot narra diversas circunstancias muy relevantes para la investigación, ya que durante los años de relación con Zaplana tiene conocimiento de otras actividades económicas de éste.
Cuando Belhot comenzó a administrar los fondos de Zaplana abrió una cuenta en Suiza para canalizar el total de los activos y poder manejarlos. Corría el año 2013.
Señala que «la rendición de cuentas anual se realizaba de forma verbal porque Zaplana nunca quiso tener constancia por escrito, y que Zaplana quería asegurar el dinero del principal independientemente de la rentabilidad».
Señala también que Zaplana «le pedía cantidades de retiro, las que el dicente le hacía llegar normalmente a través del sistema de 'cambios' que consiste en contactar con agentes de cambio, que son intermediarios, y ellos se encargan , gracias a los contactos que tienen en todo el mundo, de proporcionar la entregar el dinero de manera personalmente en la jurisdicción donde se les pida. Que el 90 por ciento del dinero que le envió a Eduardo Zaplana, lo recibió en Madrid su secretaria Mitsouko, a quien se lo entregaba algún contacto con el exterior, o incluso algún amigo o chofer de Zaplana quien recibía el dinero, pero normalmente era Mitsouko».
Y concreta que a lo largo de los años de colaboración, el montante entregado al expresidente fue de 2.300.000 euros. Además, otros 6.630.000 euros fueron decomisados por el juzgado. Además indica que entre los activos, hay un inmueble en Villajoyosa valorado en tres o cuatro millones de euros. Además, explicó que Zaplana tenía mucho interés en invertir en el Puerto de Altea, inversión que se malogró, como también se «pulverizó» las inversiones de Zaplana en National Geografic (500.000 euros) y la compra de tierra en Panamá.
El voluminoso sumario del caso, del que ayer se volvió a desvelar otra parte, también señala que la exdiputada del PP, Elvira Suanzes tuvo protagonismo en el control de una cuenta en un banco de Andorra que ocultaba dinero negro. Suanzes también está imputada en la causa, al igual que la hija de Zaplana y su marido, yerno del exministro, por su participación en las operaciones de blanqueo.
Por otra parte, también se hace constancia al inmueble propiedad de Zaplana en la calle Núñez de Balboa, de Madrid, y que al parecer le fue cedido por la mercantil Costera del Glorio, por una deuda que mantenía Barceló con el expresidente.
Alquiló un piso al imputado en el caso Oro Direct
La hija de Eduardo Zaplana, María, también imputada en la causa, gestionó el alquiler del piso que ocupaba el expresidente en la calle Pascual y Genís de Valencia cuando fue detenido. Según parece el piso se alquiló al principal imputado en la causa «Oro Direct» Moroslav Schopoff quien no era su propietario pero fingió serlo. Además, en el registro que se hizo de dicha vivienda el día de la detención de Zaplana, se le incautó en su maletín personal un documento donde se desvelan inversiones inmobiliarias en Villajoyosa, presuntamente con dinero negro.
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