Comunitat Valenciana
El modelo de estafa de la EMT se ensayó en FGV
La Generalitat valenciana, víctima de un grupo de ciberdelincuentes, pagó 7.500 euros a una empresa que ahora trata de recuperar
La Generalitat valenciana, víctima de un grupo de ciberdelincuentes, pagó 7.500 euros a una empresa que ahora trata de recuperar
Un año antes de que un grupo de ciberdelincuentes robara cuatro millones de euros de la Empresa Municipal de Transporte (EMT) de Valencia sin que nadie se diera cuenta hasta pasado un mes (y ocho transferencias a un banco hongkonés), ya se dieron casos parecidos.
El último en hacerse público ha sido el de Ferrocarrils de la Generalitat (FGV), aunque en esta ocasión el importe fue significativamente menor y la recuperación del dinero estafado es más que probable.
Según adelantó ayer la Cadena COPE, FGV recibió en mayo de 2018 una notificación de correo electrónico en nombre de la empresa encargada del mantenimiento de las máquinas, la compañía valenciana Fulton, aunque en realidad se trataba de un e-mail enviado por los estafadores solicitando información sobre las facturas pendiente de cobro.
A continuación, los ciberdelincuentes buscan una empresa «pardilla» y, haciéndose pasar por FGV le informan de que hay una obra que realizar, de forma urgente y por necesidad, y que se le ingresará el importe correspondiente, en este caso, de 7.500 euros. Entonces, la empresa «falsa» informa a FGV de que Fulton ha cambiado su número de cuenta corriente y le da uno nuevo.
Semanas después, y ya hecha la transferencia de 7.500 euros por parte de FGV, los estafadores vuelven a llamar a la «empresa pardilla» y le dicen que la obra se anula y que tiene que devolver el importe adelantado (a una nueva cuenta corriente que les facilita), pero que pueden quedarse con el 10 por ciento de ese importe «por las molestias». Así que, los delincuentes se quedan con 6.750 euros y el resto, la «empresa pardilla» ajena a todo lo que se cuece.
No obstante, los estafadores se encontraron en esta ocasión con un problema inesperado y es que la empresa «pardilla» no quiso devolver el dinero adelantado y que, legalmente debería haber pagado FGV a Fulton. Por ello el caso se ha puesto en manos del juzgado 4 de Paterna a fin de que la Generalitat Valenciana recupere el importe.
El fraude ha llevado a la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad de la que depende FGV a trabajar en un protocolo de seguridad siguiendo las recomendaciones de la Interpol en materia de ciberseguridad.
Un año y cuatro meses después, otro grupo de ciberdelincuentes estafaban 4,04 millones de euros a la EMT de Valencia, aunque podrían haber sido más de once millones si una llamada de teléfono de Caixabank no hubiera alertado al Ayuntamiento de que algo raro estaba ocurriendo.
Una comisión de investigación trata de averiguar qué mecanismos de control fallaron y quiénes fueron los principales responsables, más allá de los ladrones, para que se pudiera llevar a cabo el robo millonario
Desde el consistorio se insiste en que los sistemas informáticos de la EMT «funcionan correctamente y no han sufrido ningún tipo de intromisión externa» (aporta como prueba un informe de Telefónica) y que la estafa pudo ser llevaba a cabo porque «seguramente alguna trabajadora no tuvo las actuaciones adecuadas».
El Ayuntamiento echa la culpa de todo lo ocurrido a la ex jefa de Administración de la EMT y a Caixabank, la entidad financiera con la que trabajan.
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