Comunitat Valenciana
El Museo de Bellas Artes coloca a Sorolla como cabeza del arte moderno
«Sorolla y su tiempo» junta por vez primera 138 obras del artista y su entorno más influyente
«Sorolla y su tiempo» junta por vez primera 138 obras del artista y su entorno más influyente
El Museo de Bellas Artes de Valencia ha decidido dedicar su nueva sala expositiva en el edificio Pérez Castiel, de más de mil metros cuadrados, a la imborrable figura de Joaquín Sorolla. Con 125 obras pictóricas y trece esculturas de los fondos propios de la institución, el museo construye un relato en el que se sitúa al pintor valenciano como referente del inicio del arte moderno.
La muestra, titulada «La pintura moderna en España: Sorolla y su tiempo», presenta la obra de Sorolla integrada en el contexto de la época, de manera «cronológica y diacrónica», junto a artistas que triunfaban en Valencia en su momento, sus referentes y sus discípulos más directos que siguieron su estela.
Según explicó ayer el catedrático de Arte de la Universidad de Valencia (UV) Rafael Gil, comisario de la exposición, durante la presentación de la muestra, la exposición «hila», además, la trayectoria de Sorolla con el inicio de la pintura moderna en España. También destaca su mirada «positiva y europea» frente a la de otros coetáneos, como Ignacio Zuloaga.
Para ello, indicó Gil, se mezclan las obras del artista valenciano (una treintena de los fondos propios del museo) con las de otros pintores, como Ignacio Pinazo, José Benlliure, Antonio Muñoz Degraín, Antonio Fillol o Cecilio Pla, y se dedican también «guiños» al camuflar las de sus principales discípulos entre las del maestro.
Maestros, coetáneos y posteriores
«Sorolla y su tiempo», que exhibe piezas que no se habían expuesto salvo en exposiciones monográficas, se abre en la segunda planta con los artistas con los que Sorolla inició su carrera, en el último tercio del siglo XIX, como Francisco Domingo Marqués, Antonio Muñoz Degraín, Ignacio Pinazo o Emilio Sala.
El relato de la visita continúa con los maestros con los que Sorolla se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, como Gonzalo Salvá, Genaro Palau Romero, Julio Cebrián o Pere Ferrer, y los artistas de su entorno, como José Benlliure, Mariano Benlliure, Antonio Fillol o Cecilio Pla.
Del mismo modo, ofrece una visión sobre la influencia del artista valenciano en su tiempo, vinculado al concepto de «pintura moderna» por el optimismo que transmitía y el reflejo de vidas cotidianas, para terminar en la influencia que supuso en artistas posteriores y su evolución.
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