El secreto del nuevo modelo económico de Puig: más productividad

Lograr un nuevo modelo económico en la Comunitat Valenciana es uno de los cinco ejes del Pacto del Botánico que llevó al actual equipo de Gobierno al Consell. La clave para conseguir esta transición, a pesar de lo complejo del asunto, es, para el equipo de Ximo Puig, aumentar la productividad de las empresas, una necesidad reclamada desde hace años por distintos colectivos, incluida en discursos de políticos y empresarios durante los últimos ejercicios, sobre todo desde que empezara la crisis.

La pasada semana el pleno del Consell aprobó un documento elaborado por la Conselleria de Hacienda y Modelo Económico en el que se establecen las bases para transformar la economía valenciana. Novedades, las justas. «La visión es que la Comunitat logrará convertirse en la próxima década en uno de los territorios más prósperos del eje mediterráneo europeo y con mayor calidad de vida para sus habitantes, apoyándose en la transformarción de su modelo económico a través de una estrategia competitiva, sostenible e integradora, basada en el crecimiento de la productividad», reza el documento.

Según el mismo, si se incrementa la productividad, lo harán también los salarios y en consecuencia la renta de los ciudadanos, de forma que se garantiza la estabilidad de las cuentas públicas y el mantenimiento de los servicios públicos esenciales.

Para lograrlo se establecen cuatro líneas estratégicas. La primera de ellas pasa por cambiar la idea de rentabilidad económica a corto plazo por «un concepto amplio de rentabilidad social». Dentro de este eje se incluye la necesidad de aumentar la presencia de mujeres en los equipos directivos de las empresas, puesto que está demostrado que las compañías con féminas en sus direcciones obtienen mejores resultados. Esta es posiblemente una de las pocas medidas innovadoras del plan.

La segunda línea está conformada por estrategias clave como desarrollar un Sistema Valenciano de la Innovación (con una Agencia Valenciana de la Innovación que aún no se ha puesto en marcha y que ya está ocasionando fricciones dentro del Consell); impulsar una «transformación modernizadora de la estructura productiva»; recuperar la inversión empresarial, con préstamos aprobados por el Instituto Valenciano de Finanzas; «invertir en capital humano y cultura emprendedora»; apoyar la internacionalización o conseguir que, de una vez por todas, llegue el Corredor Mediterráneo a la región.

En resumen, muchas de las medidas planteadas en el documento se vienen reclamando desde hace años por anteriores Gobiernos, y las que persiguen ser innovadoras están lejos de convertirse en realidad.

Es más, en el propio documento que aprobó el pleno del Consell se establece una «hoja de ruta» de la que se desprende que este nuevo modelo económico todavía tardará en ver la luz. Primero, según se establece, habrá que redactar un documento (otro) sobre las líneas estratégicas para la transformación del modelo económico valenciana.

Luego habrá que aprobar un anteproyecto de ley de creación de la Agencia Valenciana de la Innovación, de la que únicamente hay redactado un borrador. A continuación se constituirá un grupo de trabajo en la Generalitat sobre el cambio de modelo económico y se elaborarán unas «directrices generales» en esta materia.