Grau dice que un familiar le regaló los relojes y Catalán echa la culpa a Rabat

El que fuera vicealcalde de Valencia con Rita Barberá, Alfonso Grau, ha asegurado que los dos relojes que la Fiscalía le imputa como regalos del empresario Urbano Catalán, se los regaló realmente un familiar, aunque no ha querido desvelar su nombre «para no colgarle un sambenito» y para evitarle «una persecución judicial y mediática a alguien que aprecio».

Grau, con su contundencia habitual, ha espetado al tribunal «qué más da quién me lo regaló, si no fue Catalán no hay cohecho».

Grau ha dicho que era comprador habitual en joyerías, pero que «ni mucho menos era cliente ni tenía una cuenta». Ha señalado que «en aquella época, me gustaban mucho los relojes, pero a raíz de la investigación de este caso, dejaron de gustarme». Y explicó que vendió los dos relojes que compró a través de un mediador, y que perdió mucho dinero en la operación, pero que no le importó porque los relojes le traían muy malos recuerdos.

Grau ha explicado que los relojes los cambio por otros en la joyería y aportó la diferencia en metálico «porque en aquel momento, mi mujer y al principio también yo, cobrábamos en efectivo como médicos, y que por ese motivo, siempre había dinero en casa».

El exvicealcalde ha explicado que en aquellos años declaraba unos ingresos de 120.000 o 130.000 euros, y se quejó de que a raíz de este proceso y de otros, «me han tirado de entidades bancarias por salvaguardar la reputación de las mismas».

Por su parte, Urbano Catalán ha aportado en la sesión del juicio de hoy facturas que demostrarían que los días en los que se adquirió el reloj estaba de viaje en Andorra con su familia, y que por ello no pudo ser él quien lo adquiriera. El fiscal ha protestado ante la presentación de pruebas en el mismo día de la declaración del imputado, y ha dicho que comprobaría la autenticidad de las mismas.

Relojes que él no compraba

Por otra parte, Catalán ha recordado que pidió explicaciones a la joyería Rabat porque, según dijo, le imputaban relojes que él no compraba, «que se los vendían a chinos, a indios o a políticos» y que exigió que se pusiera en contacto con él el propio señor Rabat, algo que nunca sucedió.

A pesar de no haber comprado los relojes, Catalán los declaró en Hacienda por consejo de su asesor fiscal, siempre según la versión del imputado, y de este modo «comprar la paz con Hacienda».

El martes las partes emitirán sus informes y el caso quedará visto para sentencia.

La Fiscalía reclama seis años de cárcel para Grau por cohecho y blanqueo, y un año para Catalán por cohecho.