Navidad

La magia que hace desaparecer lo malo

Melchor, Gaspar y Baltasar usaron ayer sus poderes para contagiar a niños y grandes la ilusión de la Navidad Centenares de pueblos de la Comunitat recibieron anoche a los tres Reyes Magos bajo la atenta mirada de los más pequeños

A voz en grito, una niña reclama la atención de Baltasar a su llegada al Puerto de Valencia
A voz en grito, una niña reclama la atención de Baltasar a su llegada al Puerto de Valencialarazon

Melchor, Gaspar y Baltasar usaron ayer sus poderes para contagiar a niños y grandes la ilusión de la Navidad Centenares de pueblos de la Comunitat recibieron anoche a los tres Reyes Magos bajo la atenta mirada de los más pequeños

Niños nerviosos, padres resignados, abuelos felices... las cabalgatas que ayer se celebraron en prácticamente toda la Comunitat Valenciana fueron testigos de las escenas que cada año se repiten en la noche más mágica.

Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron a territorio valenciano por tierra, mar y aire. Nada les impidió cumplir con su misión, y mucho menos una meteorología benévola, que en el caso de Valencia se evidenció en termómetros que rozaban los 18 grados por la tarde.

Carrozas que recordaron elementos típicos de la ciencia que estudiaban los Reyes de Oriente, como por ejemplo un telescopio o una bola del mundo o grupos de animación entre los que se encontraban astronautas, compartieron atención con los tradicionales personajes de la Virgen y San José, el ángel de la Anunciación o los pastores.

Este año, el desfile de la capital valenciana experimentó algunos cambios, como el respeto por el bienestar animal, ya que fueron los participantes quienes ser disfrazaron para representarlos. Además, durante el recorrido se repartieron más de 1.100 kilos de caramelos aptos para celíacos.

Atentos a todo ello estaban en la tribuna de invitados, a las puertas del Ayuntamiento, junto al alcalde, Joan Ribó, y la fallera mayor infantil de Valencia, Sofía Soler, representantes de la unidad de daño cerebral Hermanas Hospitalarias Nuestra Señora del Carmen, la Semana Santa Marinera, la Junta Central Fallera y de la Federación de Asociaciones de Vecinos.

Alcoi, la más antigua

Pero no solo en Valencia, los Reyes Magos de Oriente acapararon las miradas de los niños de Alcoi. Allí, los monarcas abrieron por la mañana su Campamento Real situado en un bosque a pocos kilómetros de la localidad.

Desde antiguo los niños alcoyanos sabían que Melchor, Gaspar y Baltasar acampaban la víspera de la entrega de los regalos en la cercana sierra de Mariola, a donde si miraban desde la ciudad podían ver diversas fogatas durante la noche del 4 al 5 de enero.

Pero este año han podido acercarse a conocer el lugar donde estaba la gran «haima» repleta de regalos y descansaban los tres famosos camellos, así como burritas, cabras, patos y ver la febril actividad por parte de los pajes para ultimar los paquetes que se repartirían a partir de la noche.

«Llevamos toda la noche leyendo cartas, tanto yo, como los pajes. Estamos cargando para que ningún niño se quede sin regalos, y hay sacos de carbón preparados pero, por lo visto, no se van a tener que repartir muchos», contaba por la mañana el Cartero Real.

En todos los rincones

Omnipresentes como son, Melchor, Gaspar y Baltasar visitaron también a los reclusos del centro penitenciario de Picassent. Hasta allí se desplazaron de la mano del Servicio de Pastoral Penitenciaria del Arzobispado de Valencia (Sepval) para visitar a los internos que están en la enfermería y a los niños que viven con sus madres en la cárcel.

Para que todos ellos se imbuyeran del espíritu navideño y olvidaran por unos instantes sus circunstancias, se decoraron con motivos navideños quince módulos del centro penitenciario. Además, durante estas navidades se organizaron misas, cantos de villancicos, reparto de turrón y de 1.500 postales navideñas, así como la actuación de una rondalla y partidos de fútbol.

La «Expo» de la diversión

Hoy será el último día de vacaciones escolares, pero hasta el lunes, los niños valencianos pudieron disfrutar de la Feria de la Infancia y la Juventud. La edición de este año cerró sus puertas con cifras muy positivas después de haber recibido desde el día 26 de diciembre más de 86.000 personas.

Objetivo: convencer a los jóvenes de que la ciencia mola. Estuvieron presentes en ExpoJove disciplinas como la geología, la arqueología, la astronomía, la física, la química o la robótica.

Los visitantes pudieron pilotar un dron, conocer cómo se crea una tormenta en directo, vivir la experiencia de pilotar un avión o construir su primer robot. Una apuesta ambiciosa que permitió participar por primera vez en ExpoJove a las universidades públicas de la ciudad, con una docena de talleres prácticos que han tenido mucho éxito entre el público.

Hoy es día de estrenar juguetes y compartir momentos con los más pequeños. Mañana vuelven al cole, lo que para muchos padres es su regalo de Reyes.