«Nada volverá a ser como antes. La recuperación de las farmacias será lenta»

La presidenta de los farmacéuticos valencianos duerme un poco mejor desde que éstos cobraron los 222 millones de euros que les debía la Generalitat en concepto de facturas atrasadas. Sin embargo, se mantiene alerta ante la posibilidad de que los impagos se vuelvan a producir. Sería, dice, un golpe mortal para el sector.

-Afortunadamente hemos sido de los primeros en cobrar, si no, no sé cómo hubiéramos podido aguantar. Con el tercer plan de proveedores, se acaba. Pero nos queda la ley orgánica de la Deuda Comercial que se tramita en estos momentos en el Congreso de los Diputados y que, cumpliendo con la directiva europea, obligará a que las facturas adeudadas se abonen a treinta días. De este modo, si la Comunidad Autónoma no paga en ese tiempo, la deuda se reclamará al Ministerio de Hacienda, que será el que a su vez nos pague y el que, posteriormente retrotaiga esa cifra a la Generalitat.

-¿Tienen miedo de que vuelva a darse una situación de impagos?

-La gente está a la expectativa porque lo ha pasado muy mal. Todo son dudas. Esperamos que las promesas se cumplan, pero por si acaso... Ahora tenemos unas vías de cobro con las que no contábamos el año pasado.

-¿Qué ha supuesto este periodo negro para las boticas?

-Aunque hayamos cobrado, nuestra situación no es igual a la de hace dos años y medio. Eso no se cura en un día. La recuperación será lenta porque se ha perdido la capacidad de endeudamiento.

-¿Y cuánto cree que tardarán en sobreponerse?

-Nada volverá a ser igual que antes. Eso lo tenemos claro toda la sociedad. Lo que sí tendrá que haber es una recuperación, al menos para que se pueda mantener el servicio. Pero, insisto, la estabilidad mínima que debemos tener es que nos aseguren que vamos a cobrar.

-Bueno, ahora la Administración está al corriente. ¿Confían más en ella?

-Cuando dicen que cobraremos en diciembre, me lo creo. Me lo tengo que creer. Pero, ¿y si no me pagan? Hace falta retomar la confianza en los políticos y en la Administración. Se nos ha repetido por activa y por pasiva que hay que pagar lo que se debe y no gastar lo que no se tiene. Pues es importantísimo que nos paguen lo que nos deben.

-¿No temen que se les pidan más sacrificios?

-¡Es que ya nos los han pedido! Llevamos 17 medidas de recorte. Y eso que tenemos el medicamento más barato que existe en Europa.

-¿Duerme ahora mejor?

-Duermo mal desde hace muchos años (sonríe). Desde que empezó esto. Una cosa es un tener un problema de impagos y otro que a éste se sume un decreto autonómico nefasto para nosotros. Ese es uno de nuestros principales caballos de batalla, porque intenta quitarnos derechos.

-¿En qué punto se encuentran las denuncias al respecto?

-Se denunció porque incumplía la ley del medicamento y toda la normativa estatal. Había artículos inconstitucionales, como la prescripción por algoritmos terapéuticos, el que hubiera conciertos individuales con la Conselleria de Sanidad o como la dispensación y fragmentación de distintos productos en los centros de salud. Finalmente hemos conseguido que los algoritmos tengan que estar relacionados con la ley estatal, y que el único concierto que valga es el que se firme con los Colegios. En cuanto a la dispensación de medicamentos en los centros de salud, también se va a retirar, porque está en contra de la ley estatal. Pero este cambio no entrará en vigor hasta el año que viene.

-Impagos, recortes, cambios normativos... ¿Ponen en peligro el modelo Mediterráneo de farmacia?

-El mejor servicio al ciudadano lo va a dar este modelo, el regulado, el mediterráneo, porque es el que ofrece proximidad al paciente a través de una eficaz red de farmacias.

-Pero han solicitado a la Conselleria de Sanidad que se reduzca el número de oficinas que hacen guardia por la noche ¿Confían en que se les permita hacerlo?

-Se ha demostrado que el servicio nocturno es mínimo y ya que muchos servicios se están mancomunando, también podría hacerse en nuestro sector. Que sea una única farmacia de 24 horas la que abra, y que se establezcan turnos para ello. Como estarán a menos de quince kilómetros unas de otras, el servicio se asegura. De todos modos, serán los propios farmacéuticos los que lo decidirán. Nosotros lo que buscamos es adaptar las leyes obsoletas a las necesidades actuales.

-Y puestos a pedir, ¿qué más les han pedido a la Generalitat?

-Hemos propuesto a la Conselleria que en el futuro convenio que negociemos, se acepten nuestras propuestas sobre una farmacia asistencial. Para ello vamos a ofrecerle un catálogo de servicios similar al que acabamos de firmar con Ribera Salud. Si el sistema público se adhiriera, le supondría un ahorro importante, ya que puede llegar a rebajar el coste sanitario global hasta en un cincuenta por ciento en los pacientes crónicos y polimedicados. Esto demostraría que si se hubieran tomado en cuenta muchas de nuestras propuestas, no hubieran hecho falta todos los recortes que se han hecho.

-Hablando de gastos, ¿se mantiene la cultura del botiquín casero?

-Eso forma parte un poco del pasado. Afortunadamente la mentalidad ha cambiado y el copago ha sido disuasorio. No obstante, nosotros vamos a poner en marcha un programa piloto de revisión de botiquines. Veremos si el paciente tiene duplicidades en su medicación, si hay fármacos caducados .... Se trata de organizarle la medicación que necesita.

-Las elecciones a la Presidencia del Colegio serán el próximo año, ¿se le han quitado las ganas de volver a presentarse?

-(Sonríe) No. Me vuelvo a presentar. Lo hemos pasado mal, pero todo esto nos ha dado una experiencia importantísima. Ahora sabemos cómo y dónde resolver los problemas. La fortaleza que he adquirido y las ganas de seguir luchando en esta profesión maravillosa es lo que me mueve. Yo, desde luego, no tiro la toalla. Al contrario.

-¿Sabe si hay rivales?

-Haylos.

-¿Más de uno?

-Aún no lo sé (Se encoge hombros y sonríe).