«¿Olvidar la pizarra y la tiza? Yo despliego todo el abanico»

Pedro Martínez no sabe quién le nominó a los premios Educa Abanca. Un alumno o familiar de alumno es quien debe hacerlo, según rigen las bases. La cuestión es que este profesor de matemáticas del IES María Blasco de San Vicente del Raspeig se ha convertido en el mejor docente de Secundaria de España en 2018. ¿Su método? Tratar de que en sus clases desaparezca la «ansiedad» que causan los números y enfocar el trabajo hacia aplicaciones y usos más allá de los muros del instituto. Ya ha sido galardonado anteriormente por su proyecto digital «Emocionar con las matemáticas», un canal de YouTube en el que cuelga explicaciones y actividades. No obstante, no descarta las formas clásicas de enseñanza. Todo depende de lo que necesiten los alumnos, explica. En esa reflexión altruista descansa, posiblemente, el motivo por el que alguien decidiera nominarlo como mejor profesor de este país.

-¿Le sorprendió recibir este premio?

-Para mí ha sido un indicador de que mi proyecto está teniendo efecto. Mi principal objetivo es que el alumnado entienda de verdad las matemáticas. Que no piense que son cuatro operaciones sin sentido. Intento transmitir lo que son de verdad: pensar, relacionar, de establecer relaciones lógicas... Cuando mis alumnos llegan a Secundaria, nadie piensa que eso son las matemáticas. Tienen una imagen muy negativa. Mi objetivo es eliminar esa ansiedad matemática y hacerles ver todo lo bonito de esta disciplina.

-¿Qué tiene de novedosa su metodología?

-Tiene varios pilares básicos. Uno de los bloques básicos es lo que hemos bautizado como «Mateplástica», que es hacer matemáticas a través de la manipulación. Planteo actividades en las que antes de entrar en la cuestión matemática, los alumnos se dedican a tocar, a entender físicamente a través de materiales que haya en el aula. También utilizo el cómic. Tengo afición por dibujar, y me sirve para explicar áreas más complejas, como las ecuaciones o el álgebra. Por otro lados, realizamos tertulias dialógicas, en las que hablamos sobre temas matemáticos aplicados a la vida. Y otro aspecto básico es el aprendizaje-servicio: voy con mis alumnos de primero de ESO a colegios, y ellos se dedican a enseñar a los alumnos de tercero y cuarto de Primaria.

-Las nuevas tecnologías, pese a estar adaptadas a su metodología, tampoco parecen una parte fundamental de ella.

-Forman parte, pero añado mucha otras cosas. Empleo mucho la metodología de la clase invertida. Les cuelgo vídeos con explicaciones, lo ven en casa y toman apuntes. Y luego trabajamos en clase. En las tareas manipulativas también utilizamos algunas aplicaciones móviles. Yo no cierro mi banco metodológico. Todo lo que tenga a mi alcance lo voy a utilizar. ¿La pizarra y la tiza la tenemos olvidada? No. Yo despliego todo el abanico, y se lo ofrezco a los alumnos en función de lo que necesitan. No cierro el abanico metodológico.

-Me encuentro casi en la obligación de preguntarle por su posición acerca de los deberes.

-En clase intento evitar el trabajo individual. Y los deberes que hacemos no son al uso. Se hacen en el aula. Intento aprovechar el tiempo al máximo para que hagan la faena en clase. En matemáticas, es clave tener a alguien que te ayude. El hecho de no enviar deberes para casa también evita frustraciones. La práctica en clase ayuda a comprender la materia mucho mejor.

-¿Qué recibimiento ha tenido este premio en su comunidad educativa?

-Yo me he trasladado a este centro este año. Apenas me conocen de unos meses, pero el premio ha ayudado a acercarnos un poco. Me siento muy arropado. Me he encontrado un entorno muy positivo, en el que puedo ver un cambio en el sistema educativo y la forma de dar las clases. Estoy emocionado por ver que han sido mis alumnos los que me han traído aquí y que la comunidad educativa tiene ganas de cambiar. Esto me marca, me encanta. El equipo directivo me apoya totalmente. Me noto muy acogido.

-Los mil euros de premio... Para material de clase.

-Claro. La mayor parte de actividades necesitan material, y muchas veces lo hago yo mismo, de forma casera. Eso conlleva un gasto económico, y escasas veces he pedido dinero al centro, soy así. Esta cantidad de dinero me va a hacer mucho papel en este aspecto. Lo emplearé durante este curso y el próximo.