Prioridad, ¿la unanimidad?

“Los magistrados del Tribunal Supremo que juzgan a los imputados por el golpe de estado cometido en Cataluña buscarán la unanimidad en la sentencia”

«Los magistrados del Tribunal Supremo que juzgan a los imputados por el golpe de estado cometido en Cataluña buscarán la unanimidad en la sentencia, aunque para quienes son partidarios de una condena por rebelión, tengan que aceptar la de sedición que defienden otros de sus compañeros. Se trata de conseguir un fallo por unanimidad». Es la frase que me trasladaba ayer mi amigo Rogelio como portavoz de su propia fuente. De ahí se desprendería un castigo «relativamente fuerte para los delitos cometidos» –ésta es reflexión mía– y se eludiría la más grave que desde la perspectiva monclovita y satélites desean evitar.

Dicho esto, me enorgullece la valentía de la Fiscalía al solicitar condena por rebelión a pesar de su dependencia jerárquica del Gobierno. A la vez, aunque esperada, me entristece comprobar el sometimiento de la Abogacía del Estado a sus superiores para optar por la sedición.

Los reos prevén un futuro halagüeño si la condena es de diez años, mínima para la sedición. Aparte de haber cumplido ya un tiempo, recibirían beneficios penitenciarios al estar en cárcel de Cataluña, cuya Generalitat tiene transferidas las competencias en esta materia. El problema se solventaría por la vía penitenciaria o por indulto gubenamental. Todo se complicaría para Pedro Sánchez y sus apoyos –ERC, Podemos, PNV, Bildu... ¡vaya tropa!– si falla la excusa de la unanimidad en el Alto Tribunal.

La verdad es que, por más que yo insista en creer totalmente en la Justicia como corresponde al Estado de Derecho, algunos de sus intermediarios se empeñan en dinamitar esa fe con actuaciones complicadas de entender. A pesar de ello, no tenemos un instrumento mejor en una democracia. Así es la vida.