Si tú comes sano, tu bebé aprenderá a comer bien

LA CUESTIÓN: Mi hijo tiene 15 meses. Le sigo dando pecho, y a pesar de que come de todo, no todos los días hace cinco comidas diarias, y sigue tomando mucho pecho. Intento seguir su ritmo, no obligarle a comer, si prefiere pecho, ofrecérselo, pero me da la sensación de que le pueden faltar nutrientes, vitaminas o calorías, pues mi pediatra me dice que de peso va muy justo. (En tres meses ha aumentado 150 gramos).

¿Cuál es el menú ideal para un niño de 15 meses? ¿Debería de retirarle el pecho o seguir dándoselo a demanda, a pesar de que no coma después?

A partir del año de edad el niño puede comer todo tipo de alimentos, siendo un buen momento para que adquiera hábitos saludables. Resulta que la mayoría de familias no llevan una alimentación adecuada nutricionalmente. No es necesario ser nutricionista para llevar una dieta saludable. No es un sistema complejo de cálculo de calorías, gramos de proteínas, grasas o carbohidratos. Es mucho más sencillo.

Muchos padres, al inicio de la alimentación complementaria, pesan, miden y calculan cada alimento, ofreciéndole al bebé una comida hecha especialmente para él.

Sin embargo, pasado el periodo de introducción inicial, cuando ya ha probado todo tipo de alimentos se considera que puede tomar la comida familiar. Nos deberíamos preguntar ¿cómo comemos los mayores? ¿Acaso el comer sano solo es válido durante un tiempo? La respuesta es NO.

Así que cuando un bebé empieza a comer, es mejor pararse a pensar y razonar. ¿Quiero alimentar a mi hijo de forma sana y equilibrada? O más fácil ¿deseo que mi hijo se alimente bien? Pues entonces nosotros también debemos comer bien.

Y ¿qué es comer bien? Pues bien sencillo que la base de la dieta sean las verduras y frutas, esto es innegociable, hay que comer de todo, en su justa medida.

Hacer cuatro o cinco comidas al día en donde la cantidad de principios inmediatos (grasas, hidratos de carbono, proteínas, vitaminas y minerales) estén en su justa medida. Estos deben estar presentes en las comidas principales, desayuno, comida y cena, así que, a modo de ejemplo, veamos.

La cena, porque es la que solemos hacer más a menudo en familia, pero para el resto de las comidas, nos sirve también. Coge un plato y divídelo en dos partes, de modo que dos tercios del plato o más deben de ser de verduras, cereales y fruta y una tercera parte o menos de proteínas.

Ahora piensa en lo que cenaste anoche, y considera si la proporción era esta, si no fue así, es importante que cambies los hábitos de alimentación. Solo así toda tu familia comerá sano, incluyendo a tu bebé, que debe comer de forma sana y equilibrada el resto de su vida, no solo sus dos primeros años de vida. Tan solo si tú comes adecuadamente él aprenderá a comer bien.

Otra recomendación, es intentar que la industria alimentaria no te engañe con eslóganes publicitarios que atribuyen ciertas propiedades a alimentos, por el mero hecho de estar enriquecidos, con tal y cual vitamina, no son más que reclamos y no están demostrados sus beneficios científicamente.

El grueso de la dieta debe de estar conformado por alimentos no procesados, pues no hay nada mejor para «ayudar a las defensas o al sistema inmune», que un buen plato de lentejas, acompañadas de una buena ensalada con fruta de temporada de postre, por poner un ejemplo entre muchos.

Pueden enviar sus preguntas a consultalactancia@larazon.es