¿Tiempo peor o mejor?

El PP de Pablo Casado busca candidato a la Alcaldía de Valencia. Al parecer, según mi amigo Rogelio y descartado Esteban González Pons, no le sirve ninguno de los que hasta ahora se han barajado en los círculos internos de los populares y de los medios de comunicación. De ello se desprenden dos conclusiones. La verdad que no muy edificantes.

La primera, que en el PP sigue reinando el «dedazo» de la cúpula nacional. Los movimientos modernizadores, con sus ventajas e inconvenientes, no han pasado de amagos. Ni primarias, ni participación de los poderes locales o regionales. ¡Vaya! Que ni Isabel Bonig, presidenta regional, ni sus homólogos de las gestoras provincial y local –Juan Ramón Adsuara y Luis Santamaría- rascan bola en el proceso.

La segunda, esta es más trágica, que ni Casado ni su secretario general, Teodoro García, confían en Eusebio Monzó, el citado Santamaría, María José Catalá y demás nombres aparecidos en la palestra político-periodística. (Fernando de Rosa no se enmarca en este grupo). Y lo que es peor, si uno de ellos llega a ser bendecido finalmente porque no han logrado convencer a nadie de fuera, lo serán como segundones. Aunque bien mirado, allá por diciembre de 1990, Rita fue la tercerona, con inmejorables resultados.

Rogelio añadía que no debe sorprender la demora en la designación si es verdad ese rastreo por las afueras de la organización popular. Como comentaba un cargo del PPCV «a ver si la antigüedad de militancia constituye una remora insalvable. Visto lo visto en Barcelona y lo que se comenta de Adolfo Suárez para Madrid, no sería de extrañar».

Mientras tanto, Ciudadanos y Vox dispuestos a morder cuanto más puedan en las entrañas de votantes del PP. Así es la vida.